Desde hace algo más de cuarenta años, vengo traspasando a figuras de plomo las influencias que libros, películas, ilustraciones e incluso "comics", han ido dejando en mí.

Las figuras que pinto, son en su mayor parte "miniaturas militares", ya que ha sido la Historia, especialmente la Antigua y Medieval, mi mayor fuente de "inspiración". Las escalas más frecuentes que utilizo, son las de 15, 25 y 28 mm. Son las mismas que utilizan los "wargamers", con los que coincido en la necesidad de representar grandes unidades en un mínimo espacio.

Los textos con que acompaño las miniaturas, en ningún caso pretenden ser exhaustivos, ni estudios sobre el período de que se trate. Sólo trato de comentar sucintamente, el ambiente (histórico o imaginario) en que se movieron las figuras representadas.

Animado por amigos y familiares, y especialmente por mi amiga Kirei (artífice además, del soporte técnico que podéis ver), me decido a mostrar públicamente parte de mi colección. Continuaré añadiendo entradas periódicamente.

Llevado de mi impenitente cinefilia, me permito en algún caso, recomendar títulos que pueden ampliar datos a los posibles interesados en los temas tratados.

Espero que os gusten "mis" figuras. Si se os ocurre hacer algún comentario, sugerencia o rectificación, no dudéis en contactarme.

Ogros y otros malotes dungeonianos



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Legión vs Falange - Ejército romano en Pidna - 168 aC


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La Isla de los Muertos - Maqueta - Reflexiones


Pues aquí estamos, terminando el mes de julio de 2020, y viviendo en esta extraña situación que se denomina "nueva normalidad". El puñetero Coronavirus o Covid19, o como gustéis nombrarle, sigue acechando y nuevos casos de contagios no dejan de ser noticia cada día. Pero lo peor es, que por muchos "rebrotes" que pueda haber ahora, en verano, el estudio de pasadas pandemias nos demuestra que los mayores rebrotes  han surgido siempre (desde la llamada "Peste de Justiniano" hasta ahora), meses después del inicio y aparente declive de la enfermedad.

El último caso conocido (a escala mundial) fue el de la famosa "Gripe española" (que de "española" sólo tenía el nombre, por cierto), que apareció en la primavera de 1918, en plena Primera Guerra Mundial, y tras una aparente desaparición, retornó en otoño con una fuerza multiplicada y ocasionó muchas más muertes que en el primer "ataque". Cincuenta millones de muertos a nivel global se cobró la tal gripe.


En el caso del virus actual, a escala mundial y a fecha de hoy, los casos de contagios superan los quince millones y las muertes se acercan a 650.000. De España no hablemos, porque la diferencia entre el número de fallecidos que reconoce el gobierno y los que indican la OMS (Organización Mundial de la Salud) y el INE (Instituto Nacional de Estadística), difieren en varios miles; lo que no dice nada bueno de la transparencia de la Administración española. Y según la prensa internacional, España es el país que peor ha gestionado la crisis sanitaria... de momento al menos, porque "esto" no ha terminado. Sigue, y no sabemos hasta cuando...

Las dos figuras de espectros en 15mm (sin pintar) que aparecen aquí sobre los pilonos, nos sirven para dimensionar la pieza.

Por lo tanto, sigue siendo necesario un extremo cuidado en nuestras salidas de casa y en el contacto con compañeros de trabajo, amigos y familiares; máxime en vacaciones, con los desplazamientos que conlleva, alojamientos y demás... Ya sabéis: mascarillas, geles, distancias de seguridad y lo que haga falta. No confundamos "alarmismo" con precaución. A ver si el "gran rebrote" (que ojalá no lo hubiese, pero me extrañaría) nos pilla en guardia y consecuentemente, nos hace menos daño.


Bueno, la cosa es que con virus o sin virus, y mientras el cuerpo aguante, yo sigo pintando miniaturas. Así que voy a publicar en los próximos días tres posts (contando éste), con las figuras que he ido acabando en estos últimos meses de confinamientos y nuevas normalidades.

- Génesis de la idea para la maqueta de "La Isla de los Muertos" -
En los días más oscuros de marzo, cuando era imposible (o casi) salir de casa y las noticias a nivel mundial eran espeluznantes, me invadió una sensación de Armagedón inminente y Apocalipsis inevitable que me sumió en pensamientos escatológicos y sombríos.


Recordé entonces que en algún lugar de "la montaña de plomo" tenía dormitando una figura de Mirliton Miniatures titulada "Caronte, the Underworld Boatman" (= Caronte, el Barquero del Mundo Subterráneo), que reflejaba muy apropiadamente mis oscuros sentimientos. Así que la rescaté, y con la mente puesta en extrañas necrópolis y con una estoica aceptación de "lo inevitable", me dispuse a pintarla.


Lo problemático fue que la figura del Barquero me traía a la mente de manera repetitiva, obsesiva, la visualización de la pintura de Arnold Böcklin titulada "La Isla de los Muertos". No me podía quitar de la cabeza la imagen... Así que después de pintar al Barquero, sucumbí a la tentación de (intentar) reproducir "la isla" en plan maqueta.


No intenté hacer la pieza a escala de la figura del barquero (28mm); hubiese sido demasiado grande y me hubiese llevado demasiado tiempo. La hice a escala de 15. Se trataba de tener un complemento para "el Barquero" y sobre todo de reflejar un estado de ánimo.


De hecho, la pieza no me va a servir para nada práctico. Hacerla ha sido simplemente la superación de un auto-reto, la realización de una obsesión. Y si habéis visto "Encuentros en la Tercera Fase" (Steven Spielberg, 1977) y recordáis las "neuras" que sufre el personaje interpretado por Richard Dreyfuss, sabréis a qué me refiero...  Bueno, yo no llegué a las cotas de subnormalidad que alcanza el protagonista... pero casi.  ;)


Vamos a dedicar unas palabras a "La Isla de los Muertos" y a su autor, Arnold Böcklin.

- Arnold Böcklin - 
Nació en 1827, en Basilea (Suiza) estudió Arte en Düsselforf y amplió su formación viajando frecuentemente por diferentes países de Europa, estudiando y copiando las obras de los grandes maestros. Enamorado de Italia, pasó en Roma largas temporadas, asimilando influencias de los pintores renacentistas y absorbiendo ideas de la Mitología Clásica. Se casó con una italiana, y en Fiésole, cerca de Florencia moriría en 1901, a los setenta y tres años. 


Muy influenciado por el Romanticismo y especialmente por la pintura de Caspar David Friedrich y por los Prerrafaelitas, terminó su carrera convertido en uno de los más genuinos representantes del Simbolismo, e influyó a su vez poderosamente en los posteriores Surrealistas, que le redescubrieron en las primeras décadas del siglo XX. Giorgio de Chirico, Marx Ernst, o Salvador Dalí, entre otros, deben mucho a la estética de Böcklin.


Su pintura abunda en representaciones de ruinas arquitectónicas, arboledas atormentadas, figuras pseudo-mitológicas y extraños paisajes oníricos que invitan a la reflexión y a la introspección. En el "fondo" de sus obras, siempre está latente lo misterioso, lo oculto, lo espectral... si bien expuesto con tal belleza y perfección técnica que no dejan de ejercer una atracción poderosa.


Entre sus pinturas más representativas citaremos: "Ruinas de un castillo" (1847), "Villa al borde del mar" (1864) o su inquietante autorretrato de 1872 (hizo otros), donde le vemos paleta en mano, mirando con cierto desafío al espectador; y tras él... la mismísima Parca tocando el violín... Inquietante de verdad.

Pero sin lugar a dudas, su obra más turbadora y más reconocida es "La Isla de los Muertos". Comentemos algunos detalles sobre tal pintura; por algo su influencia me ha llevado a estar una semana dando forma a "la cosa" esta...  ;)



- La Isla de los Muertos -
En realidad, "La Isla de los Muertos", no es un cuadro... son cinco, que Böcklin pintó entre 1880 y 1886 a raíz del éxito que obtuvo el primero y a petición de diversos admiradores. Las cinco versiones difieren en algunos detalles, y con excepción de la cuarta, que fue destruida en Rotterdarm durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, se conservan en museos de Nueva York, Basilea, Berlín y Leipzig.


Böcklin nunca hizo una interpretación de su obra, ni le puso título. "La Isla de los Muertos" debe su nombre a un marchante de arte austriaco (originalmente fue "Die Toteninsel"). Parece que anteriormente fue conocida como "Pintura para soñar". De la misma manera, la identificación del ocupante de la barca como Caronte (el barquero que en los Mitos Griegos transportaba a los muertos hasta la entrada del Averno), se debe a críticos posteriores.

El punto central de la obra (en cualquiera de las versiones) son los oscuros y melancólicos cipreses (árboles dedicados a los muertos y al dios Hades), que elevan sus altas copas hacia un cielo tormentoso. Los cipreses son protegidos por altos farallones en los que se aprecian entradas a ignotos sepulcros.


El mar en calma que rodea la Isla parece tan muerto como sus (supuestos) ocupantes. Todo en la pintura parece hablarnos de quietud, de tristeza, de olvido... pero también de una serena aceptación ante la muerte, que es en mi opinión, lo que hace grande esta pintura.

Siempre que se comenta este cuadro se hace mención a que fue la obra pictórica preferida del tenebroso Adolf Hitler... sin embargo también lo fue de personajes tan opuestos y dispares como el político Vladimir Ilich Lenin, el neurólogo Sigmund Freud, los pintores Salvador Dalí y Edvard Munch, el compositor Sergei Rachmaninoff o el filósofo Friedrich Nietzsche... entre otros muchos admiradores.


- La maqueta -
Una de las principales dificultades que tenía la realización de la pieza, era la reconstrucción de la parte trasera de la isla. ¿Cómo plasmar algo que sólo podemos intuir? Tentado estuve de añadir algún detalle tétrico... pero si Böcklin había sido de los más "aséptico" en su obra no iba yo a añadir detalles truculentos... ya era bastante truculenta la figura del barquero de Mirliton... ;)  Así que con la adición en la parte trasera de otros enigmáticos ventanucos semejantes a los que el propio autor puso en los laterales de los farallones, quedaba más o menos presentable la cuestión. Aunque ciertamente, es el ángulo menos atractivo de la maqueta.


Para recrear la isla, partí de una estructura construida con pequeñas cajas de cartón, sobre la que empleé Pasta Das en abundancia. Conseguía así, por una parte ahorrar material, y por otra no incrementar el peso de la pieza (la peana mide 28 x 19 cms). Para las rocas de la parte baja, también utilicé Pasta Das, pero ahora, modelando una por una y pegándolas después a la estructura principal. Los muros y pilonos de entrada a la isla, así como las jambas que dan acceso a las criptas, están realizados en Selitron.

El mar que rodea la isla está solucionado con AguaPlast Fibra; aunque le he dado más "movimiento" del que se ve en el cuadro original. Quedaba muy "soso" ese "mar" sin una sola onda. En el cuadro queda magnífico tal y como lo dejó Böcklin, claro, pero en maqueta... era otra cosa. Añadiendo mucho césped, musgo, tierra y nueve cipreses de modelismo ferroviario, la pieza estuvo terminada. 


- La figura de Caronte -
Aquí, poco que decir. La figura original no incluía el ataúd; tal detalle lo he añadido de "motu proprio" para lograr más semejanza con el Caronte de la pintura. Sin embargo, los ropajes los he variado del blanco original al rojo oscuro. Y es que de otra manera, el color "óseo" del barquero quedaba muy apagado (para mi gusto). La corona de flores sobre el féretro, también es una adición mía, pero en este caso,  de fabricación propia.
  
Y ya está. Con la realización de la maqueta en cuestión, nos podemos dar el gusto de ver "La Isla de los Muertos" en tres dimensiones. Y de añadidura, a "Caronte", independizado.  ;)

- Reflexiones coronavíricas posteriores -
(Tres y media de la mañana del 30 de julio de 2020)
Durante los cuatro días que he invertido en la confección del texto del presente post, y en la inserción de las fotos, el número de contagios y fallecidos que indicaba al principio, ha aumentado de forma alarmante. Por lo que mis temores apocalípticos también lo han hecho. Y España, que fue "campeona" en número de muertos por porcentaje de habitantes, ha vuelto a serlo en número de repuntes.


La recuperación de la economía que se esperaba con la llegada del verano y la afluencia de turismo, se ha ido al garete con las precauciones que Europa ha tomado en relación a España y las pertinentes recomendaciones de no viajar a nuestro país. Como por otra parte, al gobierno social-comunista se le ha ocurrido como solución a la crisis, presentar de cara al otoño, una subida general de impuestos, la cuestión económica solo puede ir a peor.

Vamos a contracorriente de Europa, donde se aconseja fomentar inversiones y dejar las subidas de impuestos para tiempos de bonanza económica y nunca aplicarlas en medio de una crisis. Porque una subida general de impuestos generará lógicamente una reducción del consumo; lo que a su vez producirá una reducción en la producción; y esto obligará a las empresas a presentar expedientes de crisis, reducciones de plantillas y despidos. Consecuentemente, aumentará el paro y la miseria.


La quinta versión de "La Isla de los Muertos" (1886), en la que me he basado para la maqueta.

Si de lo que se trata es de acabar con los emprendedores y de que España se convierta en un país donde los perceptores de subvenciones estatales sean inmensa mayoría frente a una minoría de trabajadores asalariados, vamos por buen camino.

Añadiendo a la pandemia, a la crisis económica y al paro, la inmigración ilegal que estos días está llegando sin pausa a las costas españolas (subsaharianos y magrebíes, muchos de ellos portadores del virus, según tests realizados "in situ"), tendremos la fórmula ideal para que "esto" llegue más pronto que tarde a una situación verdaderamente preocupante. Porque la inmigración está muy bien; es beneficiosa y necesaria... pero sólo en la medida en que pueda ser absorbida por el mundo laboral.

Cuando la inmigración se convierte en un "que pasen todos" (es decir, que la autoridad estatal permita el paso a una inmigración ilegal y descontrolada), sólo se consigue aumentar los poblados de ilegales que bordean los cinturones industriales de las grandes poblaciones, y que son foco de delincuencia, prostitución y drogadicción. ¿O serán manías mías?

Detalle.

Si comparamos en un mapamundi el tamaño de España con el de África, un mínimo sentido común nos advertirá de que si no se controla la llegada de subsaharianos y magrebíes a la península, en dos o tres generaciones la identidad española habrá desaparecido. Y esta idea no es de ningún modo "racismo", sino instinto de supervivencia. Aunque tal vez sea eso precisamente (la pérdida de identidad nacional), lo que persigue la izquierda de este país, llevada por su "internacionalismo" y por su supuesta "superioridad moral", que solo oculta cálculo e interés de partido. Y me explico:

Se diría que los gobiernos social-comunistas, frente a la percepción de que cada vez más ciudadanos nacionales (y englobo aquí a los inmigrantes legales), se van percatando de que "su" política sólo genera pobreza (y consecuentemente, dejan de votar izquierda), ven necesario traer nuevas gentes (que algún día votarán), con las que recuperar los votos perdidos. Y parece que les va bien, de momento. Esto puede ser positivo para los partidos de izquierdas, pero me temo que para el país en  conjunto, no lo va a ser. Porque mientras esos "ilegales" se asientan y no se asientan, hay que mantenerlos. ¿Y de dónde va a salir el dinero para hacerlo? De todos nosotros, obviamente. La pregunta es: ¿nos lo podemos permitir en la situación actual? ¿Y hasta qué límites?
  
  Por otra parte, desde algunos sectores del actual gobierno se anima a la "okupación" de domicilios particulares. Eso sí: mientras tanto, los "animadores" en cuestión, tienen su domicilio bien protegido por numerosos elementos policiales que (de nuevo) pagamos todos nosotros. ¿Lo vais pillando?


Por todo lo expuesto (y más cosas que me dejo en el teclado), sigo sumido en pensamientos apocalípticos y de ruina para España. Y de hecho, si la gente no espabila, dentro de poco, "esto", no es ya que deje de ser España, es que ni siquiera será Europa.

La Propiedad será un crimen (la de los políticos, no, obviamente)
Los hijos antepondrán la idea de Estado a la de Familia (los de los políticos, tampoco).
La Clase Media será exterminada y sustituida por una gran masa de "proletarios".
La Libertad individual desaparecerá en aras de una supuesta "Libertad Global".
La Iniciativa Privada y el afán de superación serán criminalizados.
La única actividad por la que se podrá acceder a la riqueza será la Política.
El Estado del Bienestar, se transformará en un "tira como puedas". 
Cualquier atisbo de religiosidad (cristiana) será perseguido.
Cualquier posible orgullo de ser español, será tachado de "fascista".
Y la Historia, por supuesto, será reescrita.

Posiblemente se formen (como en la obra orwelliana) los Ministerios del Amor, de la Paz, de la Verdad y de la Abundancia... total, ya han empezado con el "Ministerio de Igualdad" (¿o era de "igual da"? No estoy seguro...).  XD

Podría continuar... pero mejor lo dejo aquí. Eso sí: habrá que acuñar otra palabra para designar este país. Y me temo que yo, que nací bajo una Dictadura, moriré bajo otra. Ah, no, que si es una "Dictadura de Izquierdas", no es "dictadura"... vale.  

¿A que entendéis mejor ahora los tristes y oscuros pensamientos que me han llevado a realizar "La Isla de los Muertos"? Me quedo muy a gusto.  ;)


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La figura de Caronte (y el ataúd), de Mirliton Miniatures
(Ref. "Caronte, the Underworld Boatman" UD 060)

La "Isla de los Muertos" (o algo parecido), creación propia.  ;)


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