He dedicado anteriormente varias entradas a Julio César y a la Guerra de las Galias, pero del líder galo Vercingétorix, sólo hemos hablado muy circunstancialmente. Ahora, aprovechando que pinto esta bonita miniatura de "Andrea", parece un buen momento para dedicar unas líneas al que posiblemente fue mayor opositor a César en su intento de conquistar lo que siglos más tarde, al llegar al territorio los francos, sería conocido como Francia.
Claro está que para enfocar la figura del galo, deberemos recurrir de nuevo a las andanzas de César, que le sirvieron de marco. Así que aunque nos repitamos en algún caso, empecemos.
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Poco se conoce de los primeros años de Vercingétorix. Parece que nació en torno al año 80aC en el seno de la tribu de los arvernos, hijo de un líder llamado Celtilo.
En el año 58aC, los helvecios, que radicaban en la actual Suiza, empujados por la presión de otros pueblos germanos del otro lado del Rin, iniciaron una migración al oeste, atravesando la Galia Transalpina, zona que Roma controlaba.
César con sus legiones se dirigió contra ellos, los rechazó y a continuación derrotó al germano Ariovisto, que amenazaba la Galia Oriental. Con estas operaciones, César iba ganando posiciones y sometiendo tribus galas. En estos momentos, Vercingétorix contaba unos 22 años.
Durante el siguiente lustro, César fue ampliando su poder en la Galia oriental y sometiendo cada vez más tribus, ante la alarma creciente de los galos. En 57aC organizó una campaña contra los belgas en el norte.
En 55aC César cruzó el Rin, montando un puente sobre el río (que destruyó al retirarse) para atacar a los germanos. Fue más una demostración de fuerza que una campaña de conquista. Poco después, cruzaba el Canal de la Mancha para desembarcar en Britania, con el mismo objetivo y ningún resultado, salvo incrementar su gloria.
También trataba con esta incursión en Britania, de desalentar un posible apoyo de los britanos a sus primos galos, ambos pueblos celtas.
Más tarde, buscó el sometimiento general de toda la Galia, dirigiéndose al norte y conquistando las actuales Normandía y Bretaña. Mientras tanto, las tribus de la Galia Central se mantenían pacíficas. Incluso el propio Vercingétorix se alistó en el ejército de César, con rango de hijo de jefe de tribu aliada, y formando parte del séquito del general.
En el año 53, aparentemente toda la Galia estaba dominada por César. Sin embargo, los castigos excesivos, las matanzas de tribus enteras, la condena a la esclavitud de miles de personas, todos estos abusos, unidos a una excesiva presión fiscal, fomentaron focos de rebelión que sin embargo, no tuvieron de momento, por inconexos, efectos negativos en la política de César.
Pero entre finales del 53 y principios del 52, el odio a la ocupación romana, se desató. Y el líder de la rebelión fue Vercingétorix. Su padre había sido asesinado por una facción rival, y ahora era él el jefe de los arvernos. Después de vengar el asesinato de su padre, inició una política de alianzas y unificación de tribus con el fin de expulsar a los romanos. Conocedor de los desacuerdos que comenzaban a surgir entre César y Pompeyo, creyó llegado el momento oportuno para cumplir su deseo. Y estalló una rebelión tan general y violenta como imprevista por los romanos.
Vercingétorix, no atacó directamente a las legiones, conociendo su superior potencial bélico. Pero comenzó a acantonar tropas en reductos inexpugnables, lo que obligó a César a dividir sus fuerzas. Por otra parte, inició una campaña de "tierra quemada", lo que provocó múltiples problemas a la intendencia romana.
Al principio, esa política tuvo éxito y las legiones sufrieron privaciones. Sin embargo, el primer enfrentamiento frontal que surgió, el sitio de Avaricum, en el año 52, se saldó con una victoria romana. Pero Vercingétorix, supo atraer a las fuerzas romanas hacia su territorio, hacia la capital arverna, la bien preparada Gergovia, y allí, ante la enorme superioridad gala y ante la noticia de que los eduos, habituales aliados de Roma, habían cambiado de bando, César tuvo que desistir el asedio. Fue una victoria de Vercingétorix, que aumentó su prestigio; y la rebelión tomó nuevas fuerzas.
En un exceso de confianza, Vercingétorix decidió atacar a las legiones en campo abierto, cerca de la localidad de Vingeanne, con un gran ataque de caballería. Pero como era de prever, en campo abierto la disciplina romana se impuso, destrozó el ataque galo y los romanos se hicieron dueños del campo.
Vercingétorix se retiró y decidió refugiarse con su ejército en la fortaleza de Alesia. César vio llegado su momento. Organizó una doble muralla en torno a la ciudad, de manera que podría defenderse tanto de ataques provenientes del exterior, como de posibles incursiones desde la propia Alesia.
Fue un prodigio de ingeniería y uno de los mayores exponentes de gloria militar del romano. Vercingétorix, viendo las intenciones de César, envió a su caballería en busca de socorro, antes de que la circunvalación cesariana se cerrase. Al mismo tiempo, racionó los víveres y expulso de la ciudad a mujeres, niños y ancianos, en la idea de que César se haría cargo de ellos.
Se equivocó. César no estaba por la labor de repartir sus escasas raciones con los expulsados de la ciudad, que murieron de inanición entre las dos murallas. Tras varias semanas de combates intermitentes, y asaltos infructuosos, por fin llegó un enorme ejército galo que atacó la muralla exterior, en tanto una salida desde el interior intentaba destrozar a los romanos.
Hubo varios ataques coordinados, el último de los cuales, estuvo a punto de triunfar, pero César, siempre hábil, salió por un extremo de su muralla exterior, giró hacia el otro extremo y atacó por la retaguardia al ejército atacante. Ante esto, sorprendidos los galos del ejército de refuerzo, huyeron, al tiempo que los defensores de Alesia que habían salido al campo se replegaban al interior.
Fue el final de las esperanzas galas. Al día siguiente, en una fecha sin determinar de septiembre del año 52aC, Vercingétorix salió solo y a caballo de Alesia y se dirigió al campamento de César. Y en una escena cantada por la Literatura, y consagrada por la Pintura, bajó del caballo, y una por una fue arrojando sus armas a los pies de César que le contemplaba orgulloso e impertérrito.
César no fue especialmente compasivo. Mandó encadenar a Vercingétorix, esclavizar a los supervivientes y saquear la ciudad. En el año 51 no quedaba una sola tribu en rebelión. Las Galias serían durante mucho tiempo una propiedad romana.
Para terminar, dejemos aquí arriba copia de la bonita pintura que en 1899 realizaba el pintor francés Lionel Noel Royer (1852-1926), dedicada a nuestro héroe, y que se tituló "Vercingétorix arroja sus armas a los pies de Julio César".
En cuanto a Vercingétorix, fue encarcelado en Roma en la Cárcel Mamertina, donde permaneció durante seis años. Cuando salió de allí, en el año 46, fue para participar como "trofeo de guerra" en el Triunfo de César, que después de acabar con todos sus enemigos y competidores, organizó lo que en realidad serían cuatro Triunfos consecutivos: Sobre los Galos; sobre los Egipcios (contra Ptolomeo XIII), sobre el Rey Farnaces del Ponto, y sobre los pompeyanos en Tapso y Munda.
Cada uno de los Triunfos, contaba con desfiles militares, fiestas, espectáculos de gladiadores, banquetes públicos... un derroche. Pero a Vercingétorix, después de ser mostrado al populacho romano, solo le esperaba el regreso a la Cárcel Mamertina, y ser estrangulado ceremonialmente.
Triste fin para un hombre tan valiente; y seguramente, un baldón en la fama de Julio César.
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Hasta una próxima (espero) intervención. Saludos a todos.
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La figura es de "Miniaturas Andrea"
(54mm, metal)
- Regalo de Jorge -
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