Desde hace algo más de cuarenta años, vengo traspasando a figuras de plomo las influencias que libros, películas, ilustraciones e incluso "comics", han ido dejando en mí.

Las figuras que pinto, son en su mayor parte "miniaturas militares", ya que ha sido la Historia, especialmente la Antigua y Medieval, mi mayor fuente de "inspiración". Las escalas más frecuentes que utilizo, son las de 15, 25 y 28 mm. Son las mismas que utilizan los "wargamers", con los que coincido en la necesidad de representar grandes unidades en un mínimo espacio.

Los textos con que acompaño las miniaturas, en ningún caso pretenden ser exhaustivos, ni estudios sobre el período de que se trate. Sólo trato de comentar sucintamente, el ambiente (histórico o imaginario) en que se movieron las figuras representadas.

Animado por amigos y familiares, y especialmente por mi amiga Kirei (artífice además, del soporte técnico que podéis ver), me decido a mostrar públicamente parte de mi colección. Continuaré añadiendo entradas periódicamente.

Llevado de mi impenitente cinefilia, me permito en algún caso, recomendar títulos que pueden ampliar datos a los posibles interesados en los temas tratados.

Espero que os gusten "mis" figuras. Si se os ocurre hacer algún comentario, sugerencia o rectificación, no dudéis en contactarme.

La Doncella y el Unicornio - Leyenda Medieval


La imagen del unicornio es muy antigua en el imaginario fantástico de la humanidad. Y los seres reales que le han dado base (recordemos que detrás de cada ser o hecho mítico, yace un elemento real que lo sustenta), han sido varios. En primer lugar, claro está, el rinoceronte asiático.


Ya en el siglo IV aC, Ctesias de Cnido, médico que fue del rey de Persia Artajerjes II, escribía: "En los reinos del Indostán hay muy veloces asnos silvestres, de pelaje blanco .../... provistos de un agudo cuerno en la frente". Obviamente, Ctesias estaba hablando de lo que conocemos hoy como rinoceronte de la India. Aunque seguramente hablaba "de oídas" y se creyó todo lo que le contaban sus informantes indostánicos, porque si lo hubiese visto personalmente, no habría añadido que el cuerno del animal era: "en la base blanco, en la punta rojo, y en el medio plenamente negro".


Y esto me recuerda (disgresión, sí) el párrafo en el que Heródoto en su obra "Los nueve libros de la Historia" (Libro II, 69), nos dice que en Egipto, en las regiones de Tebas y el Lago Moeris, los habitantes mantenían ciertos cocodrilos sagrados a los que amansaban y ponían "colgantes de piedras engastadas y de oro en las orejas"... ¿en las orejas de los cocodrilos?  Los sacerdotes egipcios que le informaron  debieron echarse unas buenas risas a costa del bueno de Heródoto.


Plinio el Viejo, escribiendo ya en el siglo I de la Era Cristiana, nos amplía datos: "Dan caza en la India a otra fiera: el Unicornio, semejante por el cuerpo al caballo, por la cabeza al ciervo, por las patas al elefante, por la cola al jabalí ".../... "un largo y negro cuerno se eleva en medio de su frente" ("Historia Natural, VIII, 31). En este párrafo ya aparece (por primera vez, al parecer) el nombre propio por el que se conocerá a este ser.


Entrando en la Edad Media, encontramos referencias al Unicornio en las "Etimologías" de San Isidoro de Sevilla y en el segundo viaje de Simbad, de "Las Mil y una noches", donde se le da el nombre de Karkadán.


Pero donde la figura del Unicornio adquiere toda su fuerza novelesca así como su apariencia definitiva, es en los Bestiarios Medievales. Es la imagen con la que ha pasado a cuentos, novelas y películas. Y esa imagen es la de "un caballo blanco con patas de antílope, barba de chivo y un largo y retorcido cuerno en la frente".


Ese "largo y retorcido cuerno en la frente", característica que aparece únicamente en los relatos de la Europa Medieval, seguramente sea influencia de hallazgos fortuitos de cuernos de narval en playas del Atlántico Norte. Y es que el cuerno (o colmillo, más bien) de este cetáceo, que crece en espiral, puede llegar a medir más de dos metros. Es fácil, por tanto, imaginar su asociación con la defensa de nuestro protagonista por parte de los autores de los hallazgos, quienes sin duda, habían oído relatos variados sobre el Unicornio.


Se atribuía al cuerno del unicornio el poder de curar enfermedades, ahuyentar la mala suerte e incluso servir como antídoto en casos de envenenamiento. Razones por las que era buscado por aventureros y cazadores, que en caso de hacerse con un ejemplar, no tardaban en cortarle alegremente el cuerno, para venderlo después a buen precio a reyes y poderosos. Que lo que vendiesen en realidad, fuese un cuerno de narval (como se dice que hacían los vikingos en las cortes de Europa), o un hueso extraño, era lo de menos. Si el noble en cuestión, creía a pies juntillas que "aquello" era un cuerno de Unicornio, pagaría astronómicas sumas por su posesión.


Es curioso, que a fecha de hoy, todavía en algunas regiones de China e India, el cuerno de rinoceronte, convertido en polvo, siga usándose como ingrediente en muchas recetas de medicina tradicional. Carísimo ingrediente, además, lo que ha inducido a una caza descontrolada de la especie, por otra parte protegida por el gobierno. Claro, que también se hace lo propio en esas regiones con fósiles de cualquier tipo...


La característica más conocida de la leyenda del Unicornio, es la que hace referencia a su captura. Decían los relatos medievales, que siendo el Unicornio un animal noble y puro de corazón, para atraparlo era necesario  el concurso de una virgen: una doncella joven e inocente, que debía sentarse junto a un árbol en zonas boscosas donde se suponía que habitaba la bestia y esperar allí, con cara de "no haber roto un plato en su vida", la llegada del animal.


Al llegar el Unicornio, irremediablemente atraído por la doncella, reposaba la cabeza en su regazo y quedaba adormecido, rindiendo pleitesía a la belleza y pureza de la joven. En ese momento, saltaban sobre él los cazadores que habían estado ocultos hasta entonces y, o bien le mataban inmediatamente, o bien le aprisionaban fuertemente con cuerdas para serrarle el cuerno. Lo importante era obtener el dichoso cuerno, ya que como hemos dicho, era una cuestión de "marketing".

La Dame à la Licorne (Fragmento)

Entre las innumerables obras de arte que han representado variaciones sobre el tema desde los tiempos medievales hasta la actualidad, destaca la sucesión de tapices titulada "La Dama y el Unicornio" (originalmente "La Dame à la Licorne") conservada en el  Museo de Cluny, en París.

Se trata de una serie de seis tapices, los cinco primeros representado "Los cinco sentidos" (el fragmento que vemos arriba es el dedicado a la vista, de ahí el espejo), y el sexto, titulado "A mi solo deseo". Es una obra renacentista (de finales del siglo XV) producida en Flandes.


Sobre las figuras 
El Unicornio no me ha dado ningún problema a la hora de elegir una figura para representarlo: es una miniatura muy bien modelada, pero que tristemente, no encontré en metal, y he tenido (una vez más) que conformarme con plástico. No obstante, la figura es fiel a la iconografía clásica: su barba de chivo y sus pezuñas de antílope están bien representadas. Si bien el abundante pelo de las patas no deja ver claramente los cascos, en alguna de las fotos se aprecia claramente que es una pezuña partida en dos. En cuanto a los colores, simplemente me ha parecido divertido pintar la figura en azul blanquecino y con el cuerno dorado. 


La Doncella sí me complicó la cuestión. No encontré una figura femenina con una indumentaria medieval y un aspecto inocente que aparentase estar "esperando al Unicornio"; así que al final, por eliminación, me decidí por esta "Vidente" que al menos, en sus vestiduras sí aparenta un aspecto pseudo-medieval; pintándole el cabello pelirrojo, creo que consigue cierto aire de heroína irlandesa. 


La especie de báculo "futuri-tonti-cósmico" que porta, no añade nada a la escena, pero no desentona del todo... en cuanto a la esfera que luce en su mano izquierda, la imagino como una mágica golosina que ofrece al animal para atraerle. Como una niña que diese una "chuche" a un gran danés, vamos... ;)

Y esto es todo (de momento) sobre unicornios y doncellas.



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Las figuras son de Reaper Miniatures, en 28mm (plástico)
Unicornio - Ref: Silvernhorn, Unicorn - 77029
Doncella - Ref: Sarah the Seeress - 77210



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