Princesa élfica, lista para la batalla.
Aunque el título de la entrada hace mención a "Elfos y Orcos", y efectivamente, en ella aparecen figuras de ambas razas, el texto que las va a acompañar, se va a referir únicamente a los primeros. De los "pieles verdes" ya hemos contado muchas y sabrosas cosas en anteriores posts.
Así que hablemos de Elfos:
Antes de la popularización de las obras de J.R.R. Tolkien, los únicos elfos de los que teníamos noticia, eran los que aparecían en las Leyendas Nórdicas, particularmente en las Eddas. Así, por ejemplo en la Edda en prosa, de Snorri Sturluson (S XIII), podemos leer: (1)
"Noche le dicen los hombres,
Tiempo de Neblina, los dioses, (2)
Hora Embozada, los poderes; (3)
Tiempo sin Dolor, los gigantes;
Alegría de Dormir la llaman los elfos,
Y los enanos, Tejedora de Sueños".
(1) Fragmento extraído de "Literaturas Germánicas Medievales" (Jorge Luis Borges, 1966).
(2) Aquí, "dioses" hace referencia a los Ases (o Aesir).
(3) La expresión "los poderes", alude a los Vanes (o Vanir).
Pero después de Tolkien, al amparo del éxito de la Literatura Fantástica, han surgido por doquier otras narrativas sobre "elfos"; elfos de todo tipo y condición, elfos casi "atómicos", elfos no creíbles, vaya. Entonces, como de los elfos de las Eddas sabemos muy poco (aparte que les alegraba dormir), vamos a rememorar la Historia de los Elfos de Tolkien. Y para hacerlo, entresacaremos datos de la "Guía Completa de la Tierra Media", de Robert Foster. Vamos a ello:
Los Elfos fueron los "Primeros Nacidos", la primera creación de Ilúvatar (o Eru, El Único) para poblar Arda (la Tierra). Según nos relata El Silmarillion en su primera parte (Ainulindalë), los elfos despertaron bajo la luz de las estrellas, antes de que existiese el Sol, junto al Lago Cuiviénen, al Este de la Tierra Media.
Allí, los elfos fueron visitados por dos Valar: Oromë, que los amó, y Melkor (también conocido por Morgoth), al que la envidia por las obras de Ilúvatar había llevado a la rebelión y a convertirse en el primer Señor Oscuro. Melkor capturó a varios elfos y mediante terribles torturas y hechizos los transformó en la espantosa raza de los orcos.
Posteriormente, los Elfos fueron invitados por los Valar a trasladarse a Valinor, en Aman, el continente más occidental del mundo, donde tenían su Reino. En este momento los Elfos se dividieron en dos grupos: los Eldar, que aceptaron la invitación y se ennoblecieron en contacto con los Valar, y los Avari, que la rechazaron y se convirtieron en Elfos Silvanos, o "elfos menores".
Los Elfos que pusieron camino a Valinor, lo hicieron en tres grupos: los primeros, guiados por Ingwë, fueron los Vanyar o "Elfos Hermosos"; los segundos, dirigidos por Finwë, los Noldor, "Elfos Sabios"; el último, al mando de Olwë, los Teleri, cuyo nombre significa "los rezagados".
Al llegar a las costas Occidentales de la Tierra Media, los Vanyar y los Noldor no sabían cómo cruzar el Gran Mar. Acudió entonces en su ayuda el Valar Ulmo, Señor de los Océanos, que arrancó la isla Tol Eressëa del fondo del mar, y situando a los elfos sobre ella, a modo de asombrosa nave, les puso en camino a Aman.
Mientras, los rezagados Teleri se demoraban cerca del Anduin, enamorados del lugar. Algunos decidieron quedarse allí para siempre; fueron los Nandor. Otra parte, se estableció en Beleriand. El resto, continuó viaje y finalmente, arribaban a Aman, juntándose a sus hermanos.
Los elfos que llegaron a Valinor (el Reino Bendecido) fueron denominados "Calaquendi" (Elfos de la luz), los que finalmente, prefirieron quedarse en la Tierra Media, fueron los "Moriquendi" (Elfos de la Oscuridad).
Durante muchos siglos los Eldar vivieron en compañía de los Valar, aumentando su sabiduría. Pero el maligno Melkor robó los Silmarils (fantásticas joyas, creación de los Noldor) y huyó con ellos a la Tierra Media. Por ese motivo, la mayor parte de los Noldor se rebeló contra los Valar y decidió abandonar Valinor para regresar a la tierra de sus antepasados en persecución de Melkor.
Los Noldor, establecidos en la Tierra Media hicieron alianzas con los Sindar (nombre que habían recibido los Teleri que quedaron en Beleriand), y combatieron en muchas batallas contra los orcos de Melkor. También se produjeron guerras civiles y matanzas entre los elfos, guerras que hicieron perder fuerza y esplendor a sus Reinos. En estos tiempos, con la creación del Sol, comenzó la Primera Edad y tuvo lugar la aparición de "Los Segundos Nacidos", los "Edain" u hombres. Pronto se establecieron pactos entre los Elfos y los Edain, y se celebraron matrimonios entre ellos.
Uno de los hijos nacidos de un matrimonio mixto, fue Eärendil, el Medio Elfo, que tras la devastación de Beleriand por las tropas de Melkor y la posterior desaparición de parte de la región tragada por el mar, navegó hasta Amán para pedir ayuda a los Valar.
Y con la ayuda de los Señores de Valinor, en la Guerra de la Cólera, Melkor fue vencido y expulsado al Vacío. Así terminó la Primera Edad del Sol. Los Noldor fueron autorizados a regresar a Aman, aunque muchos (entre ellos Gil-Galad y Galadriel) prefirieron permanecer en la Tierra Media, donde reinaron sobre los Elfos Silvanos, en Reinos ocultos a los ojos de los hombres.
En la Segunda Edad, los Noldor forjaron los Anillos de Poder, siguiendo instrucciones de Sauron, el nuevo Señor Oscuro. Ignoraban que los Anillos serían dominados por el Anillo Único, forjado por Sauron. Cuando los Noldor se percataron de la argucia, hubo numerosas batallas contra los orcos y otras inmundas criaturas del Señor Oscuro.
Una sombría época se cernió sobre la Tierra Media. Durante ese tiempo, los Reinos Elfos estuvieron en franca retirada frente a las fuerzas del Mal. Hasta que se estableció la llamada "Última Alianza" entre elfos y hombres. Y en la Batalla del Monte del Destino, Isildur, de los Dúnedain (hombres de Númenor), conseguía cercenar el dedo en que el Señor Oscuro portaba el Anillo Único, con lo que desapareció su maligno poder, sus huestes se desbandaron, y derrotado, huyó a Mordor.
Finalizaba así la Segunda Edad del Sol y comenzaba la Tercera. Durante esta época, el poder de los Elfos, así como su número, fue disminuyendo en la misma medida que el de los hombres aumentaba.
Y cuando en la Guerra del Anillo, Sauron perdió su poder y se desvaneció, al ser destruido el Anillo Único en la Grieta del Destino (obra de los Hobbits Frodo y Sam, como sabemos), los Anillos de los Elfos también perdieron su magia. Sus Reinos se marchitaron, perdiendo empuje y alegría; y la mayoría de los Eldar sintieron la nostalgia de Valinor y partieron a través del mar hacia Aman para no regresar nunca a la Tierra Media.
Si bien, algunos grupos de elfos inferiores permanecieron en bosques y lugares ocultos de la Tierra, procurando siempre pasar desapercibidos. Comenzaba la Cuarta Edad del Sol; la Tierra Media pertenecía ahora a los "Segundos Nacidos", los hombres.
DESCRIPCIÓN DE LOS ELFOS
Los Elfos eran las más hermosas de las criaturas terrestres creadas por Ilúvatar, su espíritu era parecido al de los Valar. Esbeltos y ágiles, pero fuertes y resistentes, tenían una altura de alrededor de seis pies (1,82m). Su oído y vista eran mucho más agudos que los de los edain. No dormían, descansaban pensando en cosas bellas. Los Eldar podían hablar entre ellos sin pronunciar palabra alguna. Amaban sobre todas las cosas las Estrellas de Elbereth, que brillaban sobre ellos cuando despertaron. Algunos de ellos amaron especialmente el mar de Ulmo.
Los elfos no morían por enfermedad ni vejez, pero podían ser muertos por el hierro o dejarse morir de pena. Insaciables en la adquisición de conocimiento, amantes de la música y la poesía, daban gran valor a la comunicación: una de sus mayores hazañas fue enseñar a hablar a los Ents. Amantes de la paz, no desdeñaban el combate cuando la ocasión lo requería, y tuvieron sangrientos enfrentamientos no sólo con las criaturas de Melkor y Sauron, sino también con hombres y enanos; aunque con los descendientes de Isildur siempre mantuvieron amistad. Hábiles herreros y orfébres, combatían con espadas y lanzas magníficamente forjadas y decoradas con gemas y esmaltes. Los elfos sindar preferían el arco.
LOS REINOS ÉLFICOS DURANTE LA TERCERA EDAD
Durante la Primera Edad y la Segunda, existieron varios reinos élficos, el más poderoso de los cuales fue Gondolin (arrasado por un ejército de orcos, lobos, balrogs y dragones), sin embargo, en la Tercera Edad únicamente florecían Rivendel, Lothlórien y el Reino del Bosque Negro.
Rivendel, refugio élfico fundado por Elrond el Medio Elfo, se encontraba al Este de las Montañas Nubladas, cerca del Bosque de los Trolls. Estaba poblado principalmente por Eldar. De Rivendel salió Elrond en los días finales de la Segunda Edad para acudir a la Batalla del Monte del Destino, en apoyo del Noldor Gil-Galad y de los hombres de Númenor.
Lothlórien, tambien conocido por Lórien y antiguamente por Laurelindórinan, estaba situado entre el Anduin y las Montañas Nubladas. Fue fundado por Galadriel (la Dama de los Noldor) y regentado por ella en colaboración con el Sindar Celeborn. Su pueblo estaba formado en su mayor parte por elfos silvanos. Celeborn y Galadriel estuvieron entre los últimos Elfos que abandonaron la Tierra Media y marcharon a Valinor.
El norte del Bosque Negro, que tomó ese nombre cuando el Mal se estableció en lo que hasta entonces había sido El Bosque Verde, era el hogar de los Elfos Silvanos, sobre los que reinaba el Sindar Thranduil, padre de Légolas. Thranduil comandó a los Elfos en la Batalla de los Cinco Ejércitos, según leemos en "El Hobbit". El Bosque Negro, el más grande de la Tierra Media, corría en paralelo a las Montañas Nubladas y por el norte lindaba con las Montañas Grises. Cerca del hábitat de los elfos existía la ciudad humana de Esgaroth, con la que mantenían buenas relaciones. Más al sur, el Bosque Negro abundaba por aquellos días en criaturas del Mal: arañas gigantes, lobos, orcos... Con el final del Anillo y la limpieza de alimañas que elfos y humanos llevaron a cabo más tarde, el Bosque Negro pasó a denominarse "El Bosque de las Hojas Verdes".
Y hasta aquí.
Como veréis, he omitido hablar de "fechas". Con excepción de las referencias a las grandes divisiones del tiempo tolkienieano (la "Sucesión de las Edades"), he obviado los datos cronológicos. Y es que hablar de fechas en asuntos de ficción, me parece un exceso de "frikismo". Un esfuerzo que no conduce a nada. Me explico: las fechas históricas o biográficas "reales" pueden aclararnos muchas cosas en nuestro deambular por la vida y en nuestras lecturas o conversaciones, pueden "orientarnos". Es interesante (sobre todo si amamos la Historia), saber (por ejemplo) qué pasó en 490 aC, en 1453 o en 1815, y es interesante porque en función de esas fechas y sucesos, podemos situar y valorar otros eventos próximos en el tiempo.
Ahora bien, ¿En qué fecha se hicieron novios Sigrid y el Capitán Trueno? ¿Cuándo llegó Supermán a Metrópolis? ¿En qué año murió Lanzarote de Lago? Por favor...
Que sí, que la Fantasía y la Poesía tienen un encanto indudable, al que desde luego, no soy inmune. Pero de ahí, a mezclar estas materias con los números, va un abismo, me parece. ;)
(Con todos mis respetos -y felicitaciones por su esfuerzo- a los amantes de las fechas ficticias. Lo anterior es, obviamente, mi particular opinión sobre el asunto. Y ya sabéis lo que se dice de las opiniones...).
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Las figuras, de "Reaper Miniatures", en Metal
Princesa Elfa - Ref. 03004: Dorva, Female Dark Elf
Príncipe Elfo - Ref. 14066: Prince Danithal
Orcos (blister de 3) - Ref. 06171: Lesser Orc Spearmen
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