Desde hace algo más de cuarenta años, vengo traspasando a figuras de plomo las influencias que libros, películas, ilustraciones e incluso "comics", han ido dejando en mí.

Las figuras que pinto, son en su mayor parte "miniaturas militares", ya que ha sido la Historia, especialmente la Antigua y Medieval, mi mayor fuente de "inspiración". Las escalas más frecuentes que utilizo, son las de 15, 25 y 28 mm. Son las mismas que utilizan los "wargamers", con los que coincido en la necesidad de representar grandes unidades en un mínimo espacio.

Los textos con que acompaño las miniaturas, en ningún caso pretenden ser exhaustivos, ni estudios sobre el período de que se trate. Sólo trato de comentar sucintamente, el ambiente (histórico o imaginario) en que se movieron las figuras representadas.

Animado por amigos y familiares, y especialmente por mi amiga Kirei (artífice además, del soporte técnico que podéis ver), me decido a mostrar públicamente parte de mi colección. Continuaré añadiendo entradas periódicamente.

Llevado de mi impenitente cinefilia, me permito en algún caso, recomendar títulos que pueden ampliar datos a los posibles interesados en los temas tratados.

Espero que os gusten "mis" figuras. Si se os ocurre hacer algún comentario, sugerencia o rectificación, no dudéis en contactarme.

Guerra del Rif (1911-1927) La Legión Española


Como es sabido, una vez concluida la Reconquista y tras la expulsión del último Rey Nazarí de Granada, tanto España como Portugal, se lanzaron a la conquista de grandes zonas del norte de África. Era la revancha tras ocho siglos de ocupación islámica en la península, o tal vez el cumplimiento de lo que los hindúes denominan "karma" (equilibrio y compensación). Vaya usted a saber...

Teniente legionario.

El caso es que entre los siglos XVI y XVIII numerosas plazas africanas cambiaron de dueño con frecuencia, según los éxitos o fracasos militares de los países peninsulares por un lado, y de los diversos gobiernos islámicos que iban surgiendo en la zona, por otro.  


A principios del siglo XIX, sólo Ceuta, Melilla, y algunos pequeños enclaves, permanecían en manos españolas. Acuerdos con el sultán de Marruecos, hicieron posible una situación tranquila... aparentemente. Pero poco después, a mediados del siglo, con el auge del colonialismo, otras potencias europeas pusieron sus ojos en África. Especialmente Reino Unido y Francia centraron sus intereses en el norte del continente. Y en Marruecos, las cabilas del Rif, nunca tranquilas, comenzaron a agitarse.

Un cabo.

Antes de continuar, hagamos un par de aclaraciones: 1) El Rif es (o era a principios del XIX, actualmente sus límites han podido cambiar), la zona central y oriental del norte de  Marruecos, una región montañosa habitada por tribus con una idiosincrasia particular, que ya entonces (y hasta ahora, 2023) alimentaban un ansia de independencia  tanto de las potencias extranjeras como del propio Sultán de Marruecos. La zona occidental del protectorado español en Marruecos era Yebala; y al sur del Rif, se extendía la zona del protectorado francés. 2) "Cabila" (que también podemos encontrar como "cábila", aunque el DRAE desaconseja esta forma), es la palabra bereber para designar a las tribus de la región, la palabra también sirve para designar el territorio donde se asientan estas tribus. Aclarado esto, sigamos...


Convenios entre Inglaterra y Francia, permitieron que los primeros se asentasen en Egipto y los segundos en Argelia y Túnez. España por estos mismos años se vio sumida en lo que hoy se conoce como "Primera Guerra de Marruecos" (1859-1860), pero que para los españoles de la época fue "La Guerra de África". Y es que las cabilas marroquíes venían atacando desde tiempo atrás las ciudades de Ceuta y Melilla, así como a destacamentos militares asentados en diversos puntos de la región. El gobierno de O'Donnell (bajo el reinado de  Isabel II), envió un ejército a la zona.


Tras las victorias españolas de Castillejos, Tetuán y Wad Ras, en las que destacaron el General Prim y el propio O'Donnell, se firmó un tratado que ampliaba los territorios de Ceuta y Melilla y se alcanzaba una efímera paz. Pero los ataques de las cabilas rifeñas a las ciudades españolas y a destacamentos militares continuaron.


En 1898, con la guerra hispano-estadounidense, España había perdido sus últimas posesiones ultramarinas (Cuba, Filipinas...) lo que llevó a los gobiernos del momento a intentar ampliar sus dominios en África. Esto llevó a nuevas fricciones con las tribus de la zona.


Durante los años siguientes la situación en torno a las dos ciudades españolas, fue de una agitación constante, con ataques esporádicos de las cabilas. Especial relevancia tuvo el intento rifeño de tomar Melilla, en  1909 (Guerra de Melilla). Durante este último conflicto tuvo lugar el conocido desastre de "El Barranco del Lobo".


El intento rifeño fue sofocado en última instancia por el ejército español, pero la opinión pública en la península empezaba a manifestarse en contra de los continuos alistamientos forzosos para nutrir al ejército de África. La eclosión de este descontento se produjo en la conocida "Semana Trágica de Barcelona" (finales de julio a principios de agosto de 1909).


En 1906, en la Conferencia de Algeciras, España y Francia se habían repartido Marruecos en zonas de influencia. La situación se formalizó en 1912 con el Tratado de Fez que otorgaba el Protectorado conjunto de Marruecos a ambos países.


Y las cabilas rifeñas no estaban dispuestas a admitir la presencia europea en el norte de África, ni española, ni francesa. Y ya en 1911 habían comenzado serios ataques a enclaves civiles y militares. Es en este año cuando comienza oficialmente la "Guerra del Rif", que se extendería hasta 1927.


Pero dejemos para otro momento comentarios sobre el desarrollo de esta contienda (cuando consiga terminar de pintar unas cuantas "minis" de rifeños), y dediquemos ahora unos párrafos a la unidad del ejército español que se institucionalizó durante este periodo y que es protagonista del presente post. Hemos dicho que el descontento de la población en España iba en aumento ante los continuos alistamientos, y alguien tuvo la idea de intentar paliar la situación de alguna manera.

"Legionarios a luchar, legionarios a morir...". Parte del estribillo del "Himno de la Legión". 

 - La Legión Española -
El general José Millán Astray, veterano de las guerras en África y admirador de la Legión Extranjera Francesa, formó en 1920 "La Legión Española". La idea era dotar al ejército de una unidad de voluntarios que permitiese, por una parte, disminuir el alistamiento de civiles, y por otra, disponer de una unidad profesional, con una formación militar muy superior (y por ende más efectiva) que las unidades constituidas por reclutamientos forzosos.


En un principio, la unidad tomó el nombre de "Tercio de Extranjeros", aunque también admitía en sus filas a nacionales. Numerosos voluntarios engrosaron pronto la unidad. En su mayoría se trataba de marginados de la sociedad, delincuentes huidos, descontentos, incluso algunos desterrados de sus propios países, como varios nobles rusos expulsados de su tierra por la Revolución de Octubre.

Ametralladora pesada Hotchkiss, modelo 14.

La Legión Española había sido creada para luchar en la Guerra del Rif, y en ella mostraron desde su integración, una bravura y efectividad inigualables. Se destacaron en 1925, durante el Desembarco de Alhucemas, operación hispano-francesa que terminó de desarbolar el poder de las cabilas en el Rif.


En 1934, la Legión estuvo presente en la "Revolución de Asturias", cuando el gobierno de la República decidió enviarla allá (en unión de fuerzas regulares africanas), para acabar con los desórdenes creados por la insurrección civil fomentada por los sindicatos obreros. 


Durante la Guerra Civil Española (1936-1939), la profesionalidad de la Legión se impuso en todos los frentes ante las tropas del Gobierno de la República. En 1956 España abandonaba el protectorado de Marruecos, pero mantenía sus territorios en Ifni y el Sahara Occidental. Y fue la guerra de Ifni (1957-58), el siguiente escenario que vio a la Legión en acción, en este caso, junto a la I Bandera Paracaidista.


En 1975 participaron en las operaciones del Sahara, durante los días de la Marcha Verde. Cuando las presiones internacionales, en pleno auge de la descolonización internacional, terminaron por hacer que España y Francia abandonaran los territorios africanos, la Legión abandonó sus acuartelamientos en la zona, excepto, obviamente, Ceuta y Melilla, que ya eran españolas antes del nacimiento de Marruecos como país.


Desde entonces, los cuatro Tercios en que se divide hoy la Legión, se encuentran destinados de la siguiente manera: el Tercio n.1, denominado "Gran Capitán", en Melilla; el Tercio n.2, "Duque de Alba", en Ceuta; el Tercio n.3, "Don Juan de Austria", en Fuerteventura (Canarias); y el Tercio n.4 , "Alejandro Farnesio", en Ronda (Málaga).


En los últimos tiempos, la Legión ha participado en acciones conjuntas de la OTAN, (Bosnia, Kosovo, Irak, Afganistán...) operaciones que a fecha de hoy tratan especialmente de mantener el orden y la democracia en cualquier punto del globo donde se vean amenazados.


- Cine sobre la Legión Española -
Al igual que sus colegas franceses, también los legionarios españoles han sido objeto de numerosas películas que destacan sus peculiaridades de valentía, compañerismo y entrega. No tienen en su haber, tantos títulos como sus predecesores, pero sí podemos destacar algunos.


"La Bandera" Producción francesa (su título original fue "La grande relève"). Dirigida por Julien Duvivier en 1935. Posiblemente la primera producción sobre el tema. Con el carismático Jean Gabin como protagonista, refleja el asunto tan común en la Legión (al menos en sus primeros tiempos), de un delincuente que se alista para huir de la justicia.


"¡A mí la Legión!" Producción española de la etapa franquista. Dirigida en 1942 por Juan de Orduña; protagonizada por Alfredo Mayo, Luis Peña y Manuel Luna. Mezcla elementos policíacos con militares. Su título hace mención a la petición de ayuda de un legionario al encontrarse en peligro, petición que no puede ser desatendida por ningún compañero que pueda escucharla.


"Novios de la Muerte". Otra producción española, en este caso de 1975, y dirigida por Rafael Gil. Con Julián Mateos, Juan Luis Galiardo y Ramiro Oliveros en los principales papeles. Narra la historia de un ex-presidiario que al salir de la cárcel, se alista en la Legión para seguir el rastro de un amigo que le traicionó.


En otro orden de cosas, la Legión, cada año en la Semana Santa de Málaga se hace foco principal de la atracción del público, con su parada militar del Jueves Santo, portando la imagen del Cristo de la Buena Muerte. Espectacular. Igualmente en el Desfile anual del Día de las Fuerzas Armadas, la llegada de la Legión, marchando a 160 pasos por minuto, es uno de los momentos más esperados.


También han sido muy admirados, en el ámbito de las canciones militares, el "Himno del Legionario" y la estremecedora (por el contenido de su letra) "El Novio de la Muerte". 

A fecha de hoy, la Legión continúa siendo la mejor y más efectiva fuerza de choque del Ejército Español.


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Las figuras son de "Baraka Miniaturas", empresa española que nos
está dando muchas alegrías últimamente


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