Antes de que las caravanas de colonos anglosajones emprendiesen el camino al Oeste ("Go West, young man"), mucho antes de que el Séptimo de Caballería yanqui batallase con apaches y comanches en las praderas del "salvaje Oeste", hubo una unidad de soldados españoles que patrulló gran parte de aquellos territorios, que durante un tiempo fueron parte del Imperio Español y que con el tiempo terminarían formando parte de los Estados Unidos. Fueron los denominados "Dragones de Cuera", a los que dedicamos esta entrada.
Eran los "Dragones de Cuera" una unidad de caballería ligera, que como todos los "dragones", podían combatir tanto a pie como a caballo. Recibían su nombre ("de Cuera") por el chalecón de cuero reforzado que les protegía muy eficazmente tanto de flechas como de golpes de arma blanca. Su armamento constaba de dos pistolas portadas en el arzón del caballo, carabina, espada ancha, lanza y escudo. Cada dragón contaba con seis caballos, a diferencia de otros cuerpos de dragones que únicamente disponían de dos.
Fueron creados en 1640, siendo la reglamentación de 1729 la primera que regularizó el uniforme y armamento de la unidad. Operaron principalmente en Texas, Arizona, Nuevo México, California Colorado, Utah y Nevada. Territorios que a partir de 1821, con la independencia de México, pasaron a este país y que posteriormente serían arrebatados por Estados Unidos. Esto ocurrió durante la Guerra México-Estadounidense, que se desarrolló entre 1846 y 1848, y en el curso de la cual, México perdió más de la mitad de su territorio original.
Curiosamente, el nombre que los estadounidenses dan a esta contienda, es "Mexican-American War". Lo cual delata una vez más, la intención estadounidense de apropiarse (indebidamente, en mi opinión) del gentilicio "americano". Tan americanos como un estadounidense, son un mexicano, un chileno o un ecuatoriano, por ejemplo; y más americanos aún, en el caso de ser mestizos. Como dice la canción de los Lobos del Norte (grupo musical mexicano): "Somos más americanos que el hijo de anglosajón".
como función, sujetar la carabina.
El resto del mundo (el mundo no anglosajón, obviamente), debería referirse a los habitantes de Estados Unidos, con el nombre de "estadounidenses", no con el de "americanos", y tampoco con el de "norteamericanos", porque se da la circunstancia de que también México esta en Norteamérica. En fin, dejemos esta digresión, y volvamos a los Dragones de Cuera.
Las condiciones para ingresar en el cuerpo eran: tener 16 años o más, una estatura superior al metro y medio, ser católicos y (detalle curioso) no ser culpables de pecados mortales. El reclutamiento se nutría de voluntarios, entre los que se podían encontrar españoles, criollos, mestizos o indios hispanizados.
Combatieron en toda la frontera de sus demarcaciones, con apaches, comanches, navajos y chichimecas, principalmente. Contaban con numerosas guarniciones, que seguían una línea defensiva desde Luisiana hasta la costa del Pacífico; estas guarniciones eran conocidas como "presidios", los más conocidos de los cuales, posiblemente fueran los de San Antonio de Béjar (Texas), San Francisco (California), Tucson (Arizona) y Santa Fe (Nuevo Méjico). A este último presidio pertenece nuestra figura, como puede verse en su bandolera.
Su labor fue vital para proteger las misiones y asentamientos españoles contra incursiones indias y rebeliones; igualmente protegieron las rutas comerciales y defendieron las fronteras del Imperio en América del Norte.
Actualmente, parece existir tanto entre historiadores y novelistas, como entre fabricantes y pintores de miniaturas, un renovado interés en mantener vivo el recuerdo de estos jinetes; esperemos que ese interés vaya en aumento; los Dragones de Cuera no merecen caer en el olvido.
Y ahora, pasemos a otra cuestión. ¡Saludos y hasta pronto!
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La figura es de: "Miniaturas La Coraza"
65mm, metal.
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