Desde hace algo más de cuarenta años, vengo traspasando a figuras de plomo las influencias que libros, películas, ilustraciones e incluso "comics", han ido dejando en mí.

Las figuras que pinto, son en su mayor parte "miniaturas militares", ya que ha sido la Historia, especialmente la Antigua y Medieval, mi mayor fuente de "inspiración". Las escalas más frecuentes que utilizo, son las de 15, 25 y 28 mm. Son las mismas que utilizan los "wargamers", con los que coincido en la necesidad de representar grandes unidades en un mínimo espacio.

Los textos con que acompaño las miniaturas, en ningún caso pretenden ser exhaustivos, ni estudios sobre el período de que se trate. Sólo trato de comentar sucintamente, el ambiente (histórico o imaginario) en que se movieron las figuras representadas.

Animado por amigos y familiares, y especialmente por mi amiga Kirei (artífice además, del soporte técnico que podéis ver), me decido a mostrar públicamente parte de mi colección. Continuaré añadiendo entradas periódicamente.

Llevado de mi impenitente cinefilia, me permito en algún caso, recomendar títulos que pueden ampliar datos a los posibles interesados en los temas tratados.

Espero que os gusten "mis" figuras. Si se os ocurre hacer algún comentario, sugerencia o rectificación, no dudéis en contactarme.

Washington cruzando el Delaware - 1776


Debo comenzar esta entrada confesando que no hubiese pensado "en jamás de los jamases", pintar esta pieza. Primero por la temática: la Independencia de los Estados Unidos es algo que, bueno, está muy bien y tiene su interés (como todo), pero no es uno de "mis temas" favoritos. Y tengo tantas figuras en "la montaña de plomo"...

Luego, por la dificultad técnica que entraña su ejecución: he "fabricado" y pintado "agua" muchas veces y "nieve" en alguna ocasión, pero hacer "hielo"... me parecía complicado de verdad. Y sin hielo, la pieza no tiene especial interés, en mi opinión.

Y después, porque la calidad de las figuras es muy variable: de las cinco que forman la pieza (aparte barca, armas y demás accesorios), algunas están muy bien acabadas pero otras, a decir verdad, son más bien "zaborreras". Y tener que "inventar detalles" cuando pinto una figura, no me agrada en absoluto.


Pero ¡ay! llega alguien muy próximo y te regala la pieza en cuestión... Y entonces, ya es una cuestión de pundonor... de entenderlo como un reto; no vas a dejar la pieza ahí, "muerta de risa"... y pillas los pinceles y los bártulos y te dices: "Bueno, a ver qué podemos hacer con "esto"...

Así que aquí estamos. Para empezar, voy a anotar "el cómo" hice el hielo y pinté el agua. Y lo voy a anotar, no sólo por si a alguien le interesa (que también) sino porque como todos sabemos, un blog, aparte de servir para lo que sirve (comunicar, principalmente), sirve también (y esto lo sabemos especialmente los que nos dedicamos a chorradicas como ésta) como "block de notas". Es decir, si dentro de X tiempo se me ocurre hacer algo parecido y no recuerdo claramente el sistema que seguí, es posible que me salga una chapuza y me termine desesperando. Sin embargo, si vengo aquí y leo el procedimiento anotado, asunto concluido.


Para hacer nieve, lo ideal es hacer una mezcla de cola blanca y bicarbonato y añadir  unas gotas de agua. Hay quien dice que esta mezcla amarillea con el tiempo; yo tengo piezas nevadas hechas con este procedimiento y después de cinco años, la "nieve" sigue tan blanca como el primer día. Posiblemente dependa de la marca de la cola. En fin, sigamos...

Cuanta más cola blanca lleve la mezcla, más aspecto de nieve recién caída tendrá, cuanto más bicarbonato, más apariencia de nieve amontonada o medio deshecha. Probé diferentes proporciones para ver si en algún momento, el producto tenía alguna semejanza con bloques de hielo. Pero no.


Eché mano entonces de una lámina de "selitron" de 5mm, que recorté siguiendo (más o menos) las formas que se apreciaban en la fotografía de un río helado que pillé por la Red (por ahí abajo dejo la foto en cuestión). Pero tampoco quedaba bien, porque la altura de las placas de hielo era excesiva en proporción a las figuras.

Sin embargo, cortando (a base de cúter) las piezas de selitron en dos partes, quedaba una altura ideal (o a mí me lo pareció). Una vez calculada la posición de los "bloques de hielo", los pegué a la peana con "super-glue" (del barato, del "de los chinos"). Y sí; "se come" ligeramente el material, pero siendo cuidadoso al aplicarlo, la pieza queda absolutamente pegada y "la picadura" queda por debajo, por lo que es inapreciable.


Bueno, ya estaba lo más peliagudo de la pieza solucionado: las placas de hielo.  Ahora había que darles una capa de imprimación, pintarlas y hacer el agua. Como el selitron es un material bastante blando (es ideal para hacer muros de escenografía, ya que se puede texturizar fácilmente), cubrí toda la superficie de la peana (fondo y bloques de hielo) con dos manos de cola blanca diluida (la segunda tras secarse la primera, ojo), con lo cual el selitron quedaba protegido.

Antes de empezar con los bloques de hielo, había pegado la barca a la peana y la había pintado; de esta manera podría aplicar "el agua" sin tener que preocuparme de cómo meter el pincel después, para pintar la barca sin manchar el agua.


En principio di una mano de pintura a toda la base, hielo y fondo (todavía no "agua"), con una mezcla de azul prusia + verde militar al 50 por ciento con una pizca de azul turquesa (colores de Vallejo). Al hacerlo, procuré que los bloques de hielo recibiesen el color muy aguado,   

Ahora había que hacer el "agua". Para este efecto, siempre utilizo "Aguaplast Fibra"; un producto que mezclado con agua, y ayudándonos con un palillo de modelar (o similar), nos permite imitar ondas y formas acuosas, a base de dejar pegotes del material, irregularmente dispuestos y alternarlos con espacios donde prácticamente no se aprecia el producto. No sé si queda claro; creo que queda más explícito el sistema, simplemente observando las fotografías.


Ya tenemos el agua "hecha"; ahora hay que pintarla. De nuevo la misma mezcla de antes, ahora más licuada. Alguna vez me han dicho: "Y si vas a pintar de nuevo, ¿porqué no aplicas el Aguaplast directamente sobre la madera y te evitas una mano?" Hombre, pues alguna vez lo hice así, y lo malo es que en los sitios donde el Aguaplast había formado pegotes gruesos, no había forma de meter el pincel y se apreciaba el color de la madera del fondo. Horrible.

Así que después de esa segunda mano, aplicamos una aguada de azul oscuro (no a los bloques de hielo), y de nuevo otra mano de la misma mezcla, pero ahora un poco aclarada con blanco y sólo en algunas zonas. Para terminar el agua, un pincel seco con blanco absoluto, nos dará el efecto de "movimiento" que pretendemos. Es posible que este último pincel seco haya que repetirlo varias veces, si vemos que las "crestas" del agua siguen azuleando.


Por último, tenemos que pintar las placas de hielo. Los laterales habrán quedado ligeramente teñidos de azul claro por la aguada anterior, lo cual va a dar cierto relieve a las piezas dejándolos como están y pintando sólo las superficies superiores con blanco absoluto, lo cual nos puede llevar varias manos de pintura; porque el blanco, como sabemos, es muy poco "cubriente". 

Y ya tenemos barca, hielo y agua pintados. La pintura de las figuras no tiene ningún misterio. Hay en la Red multitud de ejemplos sobre cómo pintar militares y milicianos de esta época y nacionalidad. También tenemos el cuadro en que se basa la pieza  (cuadro del que hablaremos más tarde y del que dejaré un fragmento).


Pero sí voy a dedicar unas líneas a la confección de la bandera. Se trata de la enseña "de las trece colonias", que sirvió de modelo a posteriores diseños de banderas de los EEUU, incluyendo la actual. La bandera está obtenida mediante "pantallazo" de Internet. Llevando el gráfico a Photoshop, lo dimensionamos a nuestro interés, le añadimos una zona intermedia para "agarre" del asta, y duplicamos la bandera (invirtiéndola) para lograr el reverso. La imagen resultante la imprimimos sobre papel auto-adhesivo; y solo queda pegar la impresión sobre una lámina de estaño que nos permitirá hacer "ondear" la bandera a capricho.

Después de recortar el sobrante de estaño, adaptamos la bandera al asta, la pegamos a la figura (ésta ya debe estar pintada y barnizada, para evitar que al manipularla durante la operación pueda dañarse), y retocamos con pintura la bandera donde haga falta. Imprescindible es pintar los bordes, porque el estaño "canta" mucho.

 Y ya tenemos la pieza terminada. Ahora dediquemos unas líneas a explicar su significado; y otras, al cuadro que le sirve de inspiración.

Fragmento del cuadro de Leutze y detalle de placas de hielo reales (foto de Internet).

- George Washington y el Delaware -
La escena se vio durante la Guerra de Independencia de los Estados Unidos, guerra que se desarrolló entre 1775 y 1783 y que trataba de emancipar las denominadas entonces "Trece Colonias" del poderío inglés. 

La noche de Navidad del año 1776, George Washington, que el año anterior había sido designado por el Congreso Americano, Comandante del Ejército Continental, cruzó el río Delaware, semi-helado, con un regimiento del ejército regular reforzado por numerosos colonos-milicianos. Para ello había requisado cuantos botes pudo encontrar en la ribera del río.

Y al amanecer del 26 de diciembre, atacó por sorpresa a tres regimientos de mercenarios alemanes (de Hesse), que lo que menos esperaban era ser atacados desde el río, que consideraban intransitable. Fue la batalla de Trenton, cuya victoria  elevó la moral de los colonos americanos, muy baja desde las derrotas iniciales que habían sufrido a manos de los británicos, en la batalla por Nueva York.

Vista general de la pieza, peana incluida. 

Tras Trenton, las batallas principales fueron Princeton, Saratoga (ambas en 1777) y la decisiva y final de Yorktown, en 1781. En esta última batalla participaron tropas francesas, cosa que no olvidan los americanos actuales, como sí han hecho con la participación de España, cuyo apoyo económico y militar a la causa estadounidense fue tan determinante como el francés. Y es que la política exterior española siempre se ha "vendido" muy mal. En fin... cosas que pasan.

En 1783, se firmaba en París la Paz definitiva entre Gran Bretaña y los Estados Unidos y los países que aún no habían reconocido al nuevo territorio, se apresuraban a hacerlo. En 1789, George Washington se convertiría en el primer presidente de los Estados Unidos.

En otro ángulo.

- Sobre el cuadro -
Volviendo al "cruce del Delaware", el hecho se convirtió poco más o menos que en un "acto fundacional", y fue mitificado, cantado y exagerado. Y digo "exagerado", porque en algún sitio leí que era comparable a la travesía de los Alpes por parte de Aníbal. Hombre... sentido de la mesura, señores. Un río es un río, por muy helado que esté; los Alpes... son los Alpes. Arriesgado, valiente, y estratégicamente genial, sí fue, tampoco vamos a minimizarlo; pero los Alpes...  ;)

El caso es que en 1851, setenta y cinco años después del cruce del Delaware, el pintor alemán (establecido en Estados Unidos) Emanuel Gottlieb Leutze, atraído por la épica de los relatos que escuchaba sobre Washington y la batalla de Trenton, pintó y dio a conocer el cuadro "Washington cruzando el Delaware" (originalmente: "Washington Crossing the Delaware"). La obra tiene unas dimensiones de más de tres metros y medio de alto por casi seis y medio de ancho y actualmente se expone en el Museo Metropolitano de Arte, en Nueva York.

La exposición y posterior venta del cuadro, reportó múltiples ganancias a Leutze, así como la consecución de otros encargos oficiales. La obra ha sido reproducida en grabados, libros, ilustraciones... hasta en jarras y camisetas. Faltaba llevarla a miniaturas de plomo para disfrute de los locuelos que nos dedicamos a ellas. Y ya no.  :)


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Las figuras son de E-Minis, realizadas sobre la ilustración de RU-MOR 
para la revista BreakingWAR; ilustración inspirada
a su vez, por el cuadro de Leutze.

- 28mm (metal) -


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