Desde hace algo más de cuarenta años, vengo traspasando a figuras de plomo las influencias que libros, películas, ilustraciones e incluso "comics", han ido dejando en mí.

Las figuras que pinto, son en su mayor parte "miniaturas militares", ya que ha sido la Historia, especialmente la Antigua y Medieval, mi mayor fuente de "inspiración". Las escalas más frecuentes que utilizo, son las de 15, 25 y 28 mm. Son las mismas que utilizan los "wargamers", con los que coincido en la necesidad de representar grandes unidades en un mínimo espacio.

Los textos con que acompaño las miniaturas, en ningún caso pretenden ser exhaustivos, ni estudios sobre el período de que se trate. Sólo trato de comentar sucintamente, el ambiente (histórico o imaginario) en que se movieron las figuras representadas.

Animado por amigos y familiares, y especialmente por mi amiga Kirei (artífice además, del soporte técnico que podéis ver), me decido a mostrar públicamente parte de mi colección. Continuaré añadiendo entradas periódicamente.

Llevado de mi impenitente cinefilia, me permito en algún caso, recomendar títulos que pueden ampliar datos a los posibles interesados en los temas tratados.

Espero que os gusten "mis" figuras. Si se os ocurre hacer algún comentario, sugerencia o rectificación, no dudéis en contactarme.

Hace Millones de Años - Álbum de Cromos - Parte 2


Segunda parte del álbum de cromos "Hace Millones de Años", editado en 1970 por Editorial Ruiz Romero. Veremos en esta parte, cómo la Vida salió del agua, cómo los insectos gigantes y los anfibios se enseñorearon de la Tierra durante millones de años; y veremos la aparición de los Reptiles y el comienzo de la Edad de Oro de los Dinosaurios. ¡Bon Voyage!  ;)

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041. Los Bothriolepis, habitantes de las profundidades, eran placodermos, es decir, tenían la piel protegida por rodetes o placas óseas, con miembros rudimentarios, pero robustos y armadura anterior, destacando los ojos muy juntos y sitos en la parte superior de la cabeza, mientras que la boca quedaba en la parte inferior de la armadura. Especie de limitados recursos, se extinguió pronto.

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042. Interesante pez fue el Eusthenopteron, o Pez de Aletas Pedunculadas, antecesor inmediato de los anfibios. Tenía respiración pulmonar, además de branquias normales, con las que respiraba dentro del agua. Salía a tierra y caminaba con sus aletas, yendo así de charca en charca. Su cuerpo aparecía cubierto de brillantes y sólidas escamas, formando una coraza continua, con dos placas yugulares y plaquitas menores en los lados. Su longitud apenas sobrepasaba el medio metro.

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043. Estos peces del grupo de los crosopterigios que abundaban durante el período Carbonífero, constituyen los primeros eslabones de la serie que conduce a los animales de respiración aérea. Con ellos se empezó a extender la vida sobre la corteza terrestre, y de ellos se derivarían los primitivos anfibios estegocéfalos.

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044. El Dinictio fue el animal de mayor tamaño de su época, alcanzando una longitud de 9 ó 10 metros en algunos casos. Carnívoro, con poderosas quijadas, se alimentaba de otros peces, especialmente de los primitivos tiburones. La cola terminaba en punta. Por faltarle uno de los lóbulos, algunos huesos del cráneo se prolongaban hasta el interior de la boca, con un borde irregular que hacía las veces de auténticos dientes. Para abrir la boca levantaba el maxilar superior, en vez de dejar caer el inferior.

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045. Descendiente quizá del Pez de Aletas Pedunculadas es el Ictiostega (o Ichthyostega), un anfibio torpe, de lento andar, pausados movimientos e inofensivo, que vivía en los antaño cálidos mares del Atlántico Norte. Se le puede considerar sin lugar a dudas como el cuadrúpedo más primitivo que se conoce. Su cuerpo (ahusado) era de pez, pero sus patas eran casi idénticas a las de los reptiles terrestres de la actualidad.  

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046. El Plegamiento Herciniano da fin al período Carbonífero. El mundo ha quedado sembrado de regiones pantanosas, que repetidas veces han sido cubiertas por las aguas. Esto creó los más grandes depósitos carboníferos que se conocen, puesto que enterrados bajo el lodo, los helechos con el paso de los siglos y las ingentes presiones que soportaron se convirtieron en el apreciado carbón. Dos irregulares masas continentales forman la superficie. El planeta se prepara para ulteriores etapas.

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047. Hace unos 360 millones de años se inició el período Carbonífero, de gran trascendencia para la economía del mundo actual, puesto que éste es el origen de los yacimientos petrolíferos y del carbón que hoy en día se explotan. Los continentes tienen un tamaño relativamente pequeño. Reina en la Tierra un clima cálido, extendiéndose por doquier espesos bosques de helechos gigantes, calamites, colas de caballo, etc. El ambiente debía ser denso y pesado, como el de un invernadero donde se cultivaran delicadas plantas tropicales.

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048. La abundancia de extensos lagos de agua dulce tuvo como consecuencia el desarrollo de una fauna piscícola adaptada a este elemento. Características propias poseyó el Pleuracanthus (o Xenacanthus), tiburón de aletas dorsales muy largas, con cola puntiaguda y con aletas ventrales pares en forma de hoja y una especie de espina o aguijón orientada hacia atrás y alta en la parte posterior de la cabeza. La ausencia de miembros anteriores le indica seguro antecesor de diversas especies y grupos.

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049. La frondosa vegetación fue la circunstancia más favorable para que los animales remontaran el vuelo. Los primeros seres vivos voladores fueron las libélulas, como la Esfecóptera Brangiarti, un insecto artrópodo que casi alcanzaba medio metro de longitud. Los insectos voladores fueron durante una gran temporada los dueños y señores de la Tierra, puesto que carecían prácticamente de enemigos que les cazaran.

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050. Contemporánea de las grandes libélulas, de tamaño parecido al de un gorrión, pero mayor que éste en envergadura con las alas abiertas, la Cucaracha Gigante vivió hace unos trescientos millones de años en los vastos bosques de helechos que cubrían Norteamérica. Sus restos se encuentran fosilizados en las capas de carbón mineral pertenecientes al período Carbonífero, en algunos casos tan perfectamente detallados que han permitido incluso la reconstrucción del delicado tejido de sus alas.

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051. El Diplovertebron, anfibio que puede considerarse como un antecesor de los reptiles actuales, aunque muy primitivo, pues no tenía la piel dura, pero ya bastante evolucionado si se le compara con el Ictiostega. Se pasaba la mayor parte del tiempo en el agua, pero en zonas de pantanos donde ambulaban enormes insectos que constituían su magnífico alimento.

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052. Período Pérmico, último de los seis períodos geológicos en que está dividida la era Primaria o Paleozoica, y es el que sucede inmediatamente al Carbonífero. En España corresponde a una época de erosión y no de sedimentación, por lo cual escasean en ella los depósitos de este período. En él empiezan a adquirir gran desarrollo los peces ganoideos, los anfibios y los reptiles, después de una espantosa ola de frío que invadió la Tierra y que había paralizado casi todas las formas de vida.

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053. Pariente próximo del Ictiostega, el Eriops fue un anfibio estegocéfalo, con una armadura coriácea muy densa en la cabeza. Su tamaño oscilaba desde el de una pequeña lagartija hasta la talla gigantesca del caimán. Resultaban animales terrestres poco ágiles pero de gran fuerza. Al nacer, detalle característico de los anfibios, respiraban por branquias, pero durante su desarrollo las cambiaban por pulmones, hasta constituir éstos su medio normal respiratorio.

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054. El Diplocaulus, anfibio que tenía la cabeza muy ancha y aplastada, con prolongaciones a cada lado que se reunían hacia delante en forma de media luna, las puntas muy largas, con una anchura el triple de su longitud. La mayor parte de su vida la pasaba en el agua, en los fondos cenagosos, medio oculto en el lodo. Era de gran talla y sus restos se encuentran en Texas.

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055. Al final del período Carbonífero, y ya al comienzo del Pérmico, la Tierra se vio invadida por una espantosa ola de frío. Era la primera glaciación. Las llanuras calidas y pantanosas del período Carbonífero fueron desapareciendo. El enfriamiento progresivo de nuestro planeta producía enormes grietas en la superficie, por donde salían grandes cantidades de gases y minerales en fusión, tomando aspectos diversos las masas continentales.

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056. Celacanto, nombre que viene del griego "koilos" (= hueco) y "ákantha (= espina). Este pez del Carbonífero inferior-Pérmico, de aletas lobuladas, era de un grupo que se suponía extinguido hace 300 millones de años y que ha perdurado casi sin cambios. Parece ser que los primeros anfibios se derivaron en el período Carbonífero de peces parecidos al Celacanto.

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057. Durante el período Pérmico los reptiles comprenden gran variedad de formas y se van preparando para la próxima era Mesozoica, en que conquistarán la tierra, el mar y el aire. Ningún otro grupo de animales, a excepción de los mamíferos, ha encontrado tal variedad de adaptaciones. El Ophiacodon se nutría de pescado y tenía una envergadura de 2,5 metros. 

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058. Los reptiles teromorfos se llaman así por poseer vértebras con prolongaciones (apófisis) espinosas de gran longitud y dos clases de dientes: unos colmillos delanteros largos, y los dentales del paladar, cónicos y pequeños. El Dimetrodon y el Edafosaurio (o Edaphosaurus) son muestras clásicas de estos animales, cuya gran aleta o cresta dorsal, parecida a la vela de un junco chino, les servía como radiador con el que evacuar el exceso de calor de su organismo. Llegaron a alcanzar una longitud de tres metros y medio.

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059. El período Pérmico, último de la Era Paleozoica, se caracteriza por una rápida extinción de especies animales, hasta el punto que se considera que quedaron treinta veces menos especies que en el Carbonífero. Los anfibios y reptiles tuvieron papel preponderante, como el Mesosaurio, un reptil adaptado a las condiciones acuáticas y que utilizaba sus patas tanto para nadar como para caminar por tierra.

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060. El período Triásico es el primero de los tres períodos de la Era Mesozoica y el más antiguo de los secundarios. Debe su nombre al componerse sus estratos de tres órdenes de rocas: areniscas rojas, calizas y margas abigarradas, en que abundan los criaderos de sal gema, encontrándose restos de enormes reptiles y saurios, que comenzaron la vida en este período para crecer y desarrollarse produciendo las criaturas más fantásticas que jamás se hayan conocido.

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061. En el Triásico aparecen los reptiles en su forma más primitiva, como evolución y diferenciación de los Anfibios Estegocéfalos del Carbonífero superior, con gran diversidad de formas y adaptaciones que surgieron en un medio ambiente terrestre, cálido y semiárido, que favorecía su desarrollo. Este pequeño reptil de 1,20 metros,  de aspecto insignificante, se convertiría al pasar el tiempo en los enormes y temibles saurios. Se llamaba Saltoposuchus.

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062. Antecedente de los que serían luego colosales dinosaurios es el Ipsilofodonte (o Hypsilophodon), muy parecido al Iguanodonte, aunque más pequeño y esbelto. Poseía garras con dedos largos, que seguramente le permitían trepar por los árboles. Su lomo estaba recorrido por una doble hilera de escamas óseas que constituían una especie de arma defensiva que le protegía la zona más vulnerable de su gran cuerpo. Los restos mejor conservados y completos fueron hallados en la isla de Wight, Inglaterra.

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063. El esqueleto perfectamente reconstruido que aparece en la ilustración pertenece al Braquiosausario, otro de los gigantes antediluvianos que llegó a medir casi 25 metros de longitud, con una altura que rozaba los doce metros. De constitución semejante al Brontosaurio, vivió en las mismas épocas que éste, siendo también contemporáneo del Diplodocus. Su régimen alimenticio era igualmente herbívoro.

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064. Uno de los primeros grandes reptiles que aparecieron en la Tierra durante el período Triásico fue el Plateosaurio. Plantado sobre sus cuartos traseros, sobre la cola, alcanzaba una altura de cuatro metros, siendo su envergadura total (de cabeza a cola) de seis metros y medio. Bestia herbívora, vivía en Centroeuropa, en las proximidades de lagos y pantanos. Fue el antecesor de los colosales reptiles que aparecieron poco después.

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065. El Cynognathus, gran reptil teromorfo de dos metros de longitud, de la formación geológica de Karroo, África Austral. Los dientes de este animal carnívoro tenían gran semejanza con los de los mamíferos carnívoros, es decir, colmillos parecidos a los de las fieras. Cynognathus significa "mandíbula de perro". Estos reptiles surgieron como evolución y diferenciación de los anfibios Estegocéfalos del Carbonífero superior, que se desarrollarían en el período posterior. 

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066. El Nothosaurus, reptil sauropterigio de patas con cinco dedos, cabeza estrecha y larga; sus órbitas ovales estaban dirigidas hacia arriba y estaban colocadas en la parte media del cráneo; tenía las narices cerca de los ojos, con el hocico alargado y redondo por delante. Medía unos tres metros y medio de longitud, desde el hocico al final de la cola. Sus restos fósiles se hallan en el Triásico.

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067. El Procompsognathus, pequeño dinosaurio bípedo, medía tan sólo 60 cm de la nariz a la punta de la cola y era el enano de la familia de los reptiles. En él se observa marcada tendencia de forma hacia las grandes aves que habrían de surgir más adelante. Era un gran destructor de huevos de los grandes saurios. Apareció a últimos del Triásico y se desarrolló en pleno Jurásico.

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068. El período Jurásico pertenece al segundo de los tres en que se halla dividida la Era Secundaria o Mesozoica; es anterior al Cretácico y posterior al Triásico. El mar se retira en gran parte de América, que emerge, e invade las tierras de Europa hasta el punto de quedar convertidas en un archipiélago, volviendo a emerger lentamente al final del período. Ictiosaurios y plesiosaurios poblaban los mares; en tierra dominaban los dinosaurios y en el aire, los pterosaurios.

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069. Diez mil kilos de peso, casi seis metros de longitud, aquella especie de tanque viviente que fue el Estegosaurio, era posiblemente, el ser más impresionante que haya existido jamás. Con patas cortas, el cuerpo ancho y plano, tenía la característica singular de estar cubierto por duras placas óseas parecidas a las del armadillo actual, que le servían de coraza para defenderse del ataque de los dinosaurios carnívoros. Su cola estaba rematada por cuatro largas espinas. 

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070. Hubo dinosaurios carnívoros, cuyo alimento lo formaban los grandes reptiles herbívoros. Esto originó una evolución paralela, puesto que al crecer en tamaño los "vegetarianos", también crecieron los carnívoros. Uno de los dinosaurios carnívoros de más tamaño fue el temible Alosaurio, llamado así por su costumbre de saltar sobre su presa ("dinosaurio saltador"). 

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071. El Lagarto Atronador, o Brontosaurio, pesaba unas treinta y cinco toneladas y se supone que al andar hacía temblar la tierra que hollaban sus plantas. A pesar de su enorme tamaño era un animal inofensivo y de inteligencia corta; su cabeza, pequeñísima en relación al cuerpo, albergaba un cerebro no mayor que una naranja.

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072. Treinta y cinco mil kilos de peso llegaba a alcanzar este coloso, llamado Brontosaurio, nombre que significa "dinosaurio-trueno", o "bramante". Era un cuadrúpedo con cuello muy largo, cabeza pequeña y cuerpo descomunal con larga cola. Pasaba la mayor parte del tiempo en el agua de los lagos poco profundos, quizás para soportar mejor su peso.

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073. Descendiente de una línea de dinosaurios que abandonaron la tierra y se volvieron marinos, el Plesiosaurio nadaba despacio con sus aletas, que le servían a guisa de remos cortos. Su largo cuello, mantenido fuera del agua, le permitía por su flexibilidad, dominar todo lo que tenía a su alrededor, sirviéndole también para, al divisar un pez o un calamar, lanzar su cabeza como una flecha y tragarse entera a la presa, cuya maceración tenía lugar en el estómago, gracias a las grandes piedras que el Plesiosaurio tragaba de cuando en cuando.


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074. La más antigua de las aves fósiles es el Arqueopterix (Archaeopteryx). Su tamaño fue el de un cuervo actual, pero constituía una mezcla asombrosa de reptil y ave. Provisto de plumas, tenía también dientes; y aunque sus patas eran semejantes a las de las aves, poseía cola como los reptiles y garras en la extremidad de las alas. Su cabeza era escamosa, pero con cerebro de reptil. En resumen, una criatura que podría ser un eslabón de transición entre saurios y pájaros.

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075. Dinosaurio ortópodo, el Polacantos poseía como principal característica, una doble franja de aguijones óseos de considerable grosor, que, naciendo en la cabeza, se prolongaba por ambos flancos hasta la cola con una breve interrupción en el inicio de los cuartos traseros, para permitir la libre articulación de éstos. Ésta era su principal defensa, puesto que pese a su fortaleza y potencia, era de andares lentos y pausados. Apareció en los finales del Jurásico.

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076. Ictiosaurio; es decir: "reptil en forma de pez", es el dinosaurio de la figura, con cabeza voluminosa, triangular y alargada, boca muy grande, provista de una fila de dientes cónicos afiladísimos, cuello corto y patas en forma de aletas, más potentes que las anteriores y con cuerpo ahusado. Otra característica interesante es que no eran ovíparos, es decir, no ponían huevos, naciendo los retoños del vientre de la madre.

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077. Los Pterodáctilos o Ranforrincos fueron reptiles voladores, aunque en justicia, debería llamárseles "planeadores", puesto que sus alas no les permitían remontar el vuelo, sino tan solo planear; y cuando caían al suelo, tenían que trepar a un árbol o a una roca, para desde allí poder lanzarse al espacio. Al no poder correr y apenas lograr arrastrarse, resultaban muy vulnerables. Las alas se extendían como las de los murciélagos y en la articulación del ala, poseían tres garras que les permitían sujetarse a los árboles. Una larga cola con aleta plana, hacía de timón.

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078. El período Cretácico es el más moderno de la Era Mesozoica o Secundaria, y es posterior al Jurásico y anterior al Paleógeno. Sus estratos están compuestos de grandes masas de creta, calizas, areniscas y arcillas moradas y verdes. Este período es el que ofreció, junto con el Jurásico, más animales de aspecto formidable e imponente como los dinosaurios y los grandes reptiles. Peces ganoideos, moluscos y equinodermos poblaban los mares.

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079. El Protoceratops fue el más antiguo de la familia de los Dinosaurios Cornudos. En 1922, el Doctor Roy Chapman Andrews, encontró en Mongolia, en su famosa exploración, varios huevos petrificados de estos animales en un nido, que fueron puestos durante el período Cretácico; cerca de ellos hallaron fósiles de estos dinosaurios. Aunque medían 1,10 m de longitud, por evolución gradual se constituyeron en los mayores y mejor armados animales terrestres que han existido.

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080. El Pteranodón, nombre que significa "alado y sin dientes", fue un reptil volador con una gran cresta ósea que le servía de timón. Carecía de plumas y sus alas estaban formadas por membranas de piel como las de los murciélagos. Con el pico semejante al de los pelícanos, atrapaba a los peces mientras volaba a ras de agua. Cada mano tenía el dedo pequeño muy largo, constituyendo el hueso del ala, la cual se adhería a la piel. El cráneo medía un metro de largo y de punta a punta había ocho metros.

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081. El mayor de los dinosaurios del subgrupo de los terópodos fue el impresionante Tiranosaurio Rex, la más feroz y sanguinaria de las bestias, con una longitud que superaba los quince metros y una altura, en orden de marcha, de más de seis. Poseía dientes largos y afiladísimos, alimentándose de la carne de otros dinosaurios. Las patas estaban rematadas por uñas de casi veinticinco centímetros, curvadas en forma de gancho, como las de las águilas.a

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082. Un antecesor de los actuales cocodrilos lo tenemos en el Metriorrinco, reptil que vivió en el Jurásico superior y en el Cretácico inferior. Nadaba con excepcional rapidez, puesto que tenía las patas con los dedos enlazados por membranas, como ocurre con los patos, aunque estas membranas eran tan gruesas que muchos zoólogos las consideran aletas natatorias. Estos animales eran preferentemente acuáticos, pero tanto se alimentaban de peces como de otros animales terrestres que pudieran atrapar.

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083. El Dinosaurio Tricornio o Tricerátopo (Triceratops), carecía de coraza ósea que le protegiera, pero poseía en la cabeza un arma terrible compuesta por tres largos cuernos; uno de ellos en la punta del morro, era más pequeño. La cresta de hueso que le sobresalía en la parte posterior de la cabeza era como un escudo que le protegía cuello y hombros. El cuerno corto era usado principalmente para recoger hojas y ramas.


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 Todas las alusiones a esta obra que existen en la Red, están enfocadas a la venta, y cuando no es así, se trata de pequeñas referencias con inclusión de algún cromo, siendo la presente publicación (a fecha de hoy), la única que presenta la obra completa con fines meramente divulgativos.


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