Desde hace algo más de cuarenta años, vengo traspasando a figuras de plomo las influencias que libros, películas, ilustraciones e incluso "comics", han ido dejando en mí.

Las figuras que pinto, son en su mayor parte "miniaturas militares", ya que ha sido la Historia, especialmente la Antigua y Medieval, mi mayor fuente de "inspiración". Las escalas más frecuentes que utilizo, son las de 15, 25 y 28 mm. Son las mismas que utilizan los "wargamers", con los que coincido en la necesidad de representar grandes unidades en un mínimo espacio.

Los textos con que acompaño las miniaturas, en ningún caso pretenden ser exhaustivos, ni estudios sobre el período de que se trate. Sólo trato de comentar sucintamente, el ambiente (histórico o imaginario) en que se movieron las figuras representadas.

Animado por amigos y familiares, y especialmente por mi amiga Kirei (artífice además, del soporte técnico que podéis ver), me decido a mostrar públicamente parte de mi colección. Continuaré añadiendo entradas periódicamente.

Llevado de mi impenitente cinefilia, me permito en algún caso, recomendar títulos que pueden ampliar datos a los posibles interesados en los temas tratados.

Espero que os gusten "mis" figuras. Si se os ocurre hacer algún comentario, sugerencia o rectificación, no dudéis en contactarme.

Guerra de los Cien Años - Arquero inglés


No suelo pintar miniaturas de las llamadas "escalas grandes" (54, 75, 90 milímetros...), pero a veces, la fuerza de una figura me "entra por los ojos" y no me puedo resistir. Este fue el caso con el presente "Arquero inglés de la Guerra de los 100 años", de los amigos de "Andrea Miniatures". Noventa milímetros (contando desde la altura de los ojos a los pies), la figura venía en "kit" con los brazos, cabeza, armas y complementos, separados y además, el torso y las piernas, también separados. Un "currazo". 


El caso es que armado con "Tamiya-Putty", "Superglue", limas, cuchillas y demás parafernalia, me puse al tajo. Y después de muchas horas, conseguí tener la figura lista para pintar. En el tiempo que me llevó el proceso de pintura, podría haber pintado dos batallones de figuras de 15 milímetros. Como ya he dicho, estas figuras no son "lo mío", pero al final, creo que el arquero quedó al menos, "presentable".


La Guerra de los 100 años se desarrolló durante la "temporada" (concretamente una temporada de 116 años, desde 1337 a 1453) en que a los reyes de Inglaterra, se les antojó serlo también de Francia. Y razones tenían para ello. El caso es que en el transcurso de la guerra, repetidamente los arqueros ingleses dieron por tierra con lo más granado de la caballería francesa antes de que ésta llegase a contactarles.

Estos arqueros usaban el llamado "long bow", (=arco largo), formidable arma, construida generalmente en tejo o boj. De una longitud de aproximadamente 1,80 metros, tenía un alcance efectivo entre 150 y 200, y lo más letal: un arquero experto podía soltar doce flechas por minuto. Multipliquemos esa cadencia de tiro por los miles de arqueros que formaban en los ejércitos ingleses y tendremos idea de la nube mortal que se les echaba encima a los caballeros franceses. En distancias cortas, un flechazo podía incluso atravesar una armadura.

Para el caso de que la caballería enemiga se les aproximase demasiado (lo que raramente ocurría), cada arquero afilaba y plantaba en el suelo una estaca, de suerte que los caballos podían ensartarse fácilmente en ellas, dejando a su jinete a merced de los peones provistos de armas de asta que acompañaban a los arqueros.


Nuestro arquero, a juzgar por su pesado equipo, debe pertenecer a la últimas fases de la guerra, cuando la infantería incrementó su protección corporal. Así vemos que usa cota de malla corta, y sobre ella, una brigantina de cuero, reforzada con piezas metálicas, más un almófar también de cuero y una celada con visera. Completan su armamento defensivo musleras (o quijotes), rodilleras y grebas. Sus armas ofensivas, aparte del arco, consisten en una espada y una daga denominada "misericordia", también conocida como "la piadosa", debido a que una de sus funciones era rematar moribundos o heridos. Eso, en el caso de que éstos fueran de baja cuna, ya que de ser nobles, eran retenidos hasta que sus familias pagasen un rescate. Muchos soldados ingleses hicieron su fortuna de esta manera, a costa de "canjear" nobles franceses por buenas monedas de oro.


Sin embargo, tras vencer en Crécy, Poitiers y Agincourt, siempre en inferioridad numérica, los ejércitos ingleses tuvieron algunos reveses a los que no fue ajena la artillería francesa, hubieron de abandonar sus territorios continentales y a la postre, la guerra fue ganada por Francia.

La película donde podemos ver la acción de los arqueros ingleses (y una magnífica carga de la caballería francesa) es "Enrique V", dirigida e interpretada por Laurence Olivier en 1944. Se hace una magnífica (aunque breve) reconstrucción de la batalla de Agincourt. La película sigue la obra del mismo título, de William Shakespeare.

Pero nos gustaría matizar una secuencia de la película. Cuando tras obtener la victoria, Enrique V tiene noticia de que un grupo de caballeros franceses ha atacado su campamento y asesinado a sus cuidadores (pajes, principalmente), se endemonia sobremanera y sale a retar al "malo de turno", al que mata. Bueno, pues no. En realidad lo que hizo, fue mandar masacrar a todos los prisioneros franceses como revancha. Claro, que tanto Shakespeare como Olivier eran ingleses...


La figura (como queda dicho) es de "Andrea Miniatures", 90mm


---oOo---