Desde hace algo más de cuarenta años, vengo traspasando a figuras de plomo las influencias que libros, películas, ilustraciones e incluso "comics", han ido dejando en mí.

Las figuras que pinto, son en su mayor parte "miniaturas militares", ya que ha sido la Historia, especialmente la Antigua y Medieval, mi mayor fuente de "inspiración". Las escalas más frecuentes que utilizo, son las de 15, 25 y 28 mm. Son las mismas que utilizan los "wargamers", con los que coincido en la necesidad de representar grandes unidades en un mínimo espacio.

Los textos con que acompaño las miniaturas, en ningún caso pretenden ser exhaustivos, ni estudios sobre el período de que se trate. Sólo trato de comentar sucintamente, el ambiente (histórico o imaginario) en que se movieron las figuras representadas.

Animado por amigos y familiares, y especialmente por mi amiga Kirei (artífice además, del soporte técnico que podéis ver), me decido a mostrar públicamente parte de mi colección. Continuaré añadiendo entradas periódicamente.

Llevado de mi impenitente cinefilia, me permito en algún caso, recomendar títulos que pueden ampliar datos a los posibles interesados en los temas tratados.

Espero que os gusten "mis" figuras. Si se os ocurre hacer algún comentario, sugerencia o rectificación, no dudéis en contactarme.

El Héroe y el Dragón - Simbolismo Onírico


"El Héroe y el Dragón": un tema que ha estado presente desde la más remota Antigüedad en todas las Culturas y en todas las Artes. Si bien es cierto que el Dragón en Oriente ha sido visto con un aspecto benéfico y positivo (representa la lluvia y el poder imperial entre otras atribuciones benignas que allá le aplican), en Occidente se ha convertido en la encarnación del "enemigo", del peligro. Y es a este "dragón occidental" al que vamos a dedicar unos párrafos, desde el punto de vista de su simbolismo en la psicología humana y especialmente en los sueños.


En numerosos Mitos, Leyendas y narraciones populares vemos cómo un dios, un semidiós o un hombre, debe enfrentarse a un "dragón" o similar (serpiente, hidra, gigante, monstruo, endriago...) antes de poder cumplir su misión, que generalmente consiste en arrebatar al dragón "su tesoro".


Sin salir del ámbito de la Mitología encontramos al dios Apolo matando a la serpiente Pitón (o Pitia) para apoderarse de sus tierras (Delfos) e instaurar allí su Oráculo; vemos al semidiós Hércules, acabando con el dragón Ladón, para arrebatarle las manzanas de oro del Jardín de las Hespérides; o vemos, en fin, cómo el humano Sigfrido, para obtener el Tesoro de los Nibelungos, mata al dragón Fáfnir.


Estas y otras narraciones semejantes han pasado a formar parte de la "memoria colectiva"; sus protagonistas moran de alguna manera en nuestro subconsciente y no es extraño que cuando la consciencia está "ausente", durante el sueño, "esos protagonistas" devenidos símbolos arquetípicos, surjan de las profundidades de nuestro cerebro para dejarnos mensajes cuyo contenido deberemos descifrar si queremos mantener la salud mental.

No estoy hablando de "oniromancia", ojo. No creo en los "sueños proféticos" ni admonitorios. Pero sí creo que los mensajes de los sueños son un reflejo de nuestras experiencias en la vida vigil.



Los sueños, generalmente, denuncian un temor (o un deseo) real. Fue Freud quien dijo que "se sueña lo que se desea o lo que se teme". Pero como los sueños hablan en símbolos, es necesario conocer las claves para descifrarlos, identificar el problema "real" y acabar con él. No siempre es fácil.

Concretamente, en el tema que nos ocupa (siguiendo a Freud y a Jung), resumiendo y sin "ponernos estupendos" podemos decir que "el héroe" representa nuestro "yo" más profundo, el "ego", mientras el dragón (o el monstruo que se nos enfrenta) encarna "lo otro", lo opuesto, lo amenazante. Y mientras el "yo" siempre representa el "sí-mismo" que decía Jung, "lo otro", puede ser cualquier cosa o persona que nos impida acceder a lo que deseamos.



Puede representar al padre, al jefe, a la suegra, a la esposa, a un amigo, o en fin, cualquiera que en un momento dado nuestra mente consciente pueda entender como amenaza, y que pasará a nuestros sueños convertido en "dragón". Si logramos vencerle, obtendremos lo deseado: un ascenso, cambiar el mobiliario de la casa, una ventaja de cualquier tipo, una mujer... bueno, o un hombre, no seamos andro-centristas.  ;)


Se deduce de lo anterior, que en el sueño, "lo deseado" está (o puede estar) representado por "el tesoro", el árbol maravilloso, el país de las Maravillas... Y cuando en el sueño aparece una "doncella a la que hay que salvar" (recordemos a Perseo o a San Jorge), esa figura femenina representa "el ánima", la parte femenina de la mente masculina. De la misma manera que Jung denomina "animus" a la parte masculina de la mente femenina. No nos enrollemos...

En algún sitio leí (hace tiempo y no recuerdo dónde) que en el simbolismo de la lucha  con el "dragón/ogro/monstruo", para salvar a la "doncella", podríamos ver (en la vida real) al "padre de la novia", resistiéndose a que el pretendiente (el héroe) le arrebate a su niña del alma. No deja de tener gracia la idea... por la indiscutible similitud de roles.   


Hay otra lectura más profunda (también siguiendo a Jung) del enfrentamiento que tratamos. Ésta indica que el dragón (o el monstruo multiforme) puede representar nuestra propia faceta oscura, la parte maléfica del "ego". Jung lo denominó: "la sombra". Porque la misión primordial del héroe es "vencerse a sí mismo"; y por tanto nuestro "ego" debe acabar con "la sombra", compendio de temores, rencores y sentimientos negativos, para vencer la atracción de las tinieblas y alcanzar la plenitud.

Ahora, que cada cual decida "qué tipo" de dragón es el que acecha en sus sueños y obre en consecuencia. Y vale por hoy de simbolismos oníricos y psicológicos. :)


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Las figuras, de Reaper Miniatures, 28mm. En metal.
Ref. 03350 - Young Forest Dragon
Ref. 14363 - Crusader Ivy Crown Skirmisher


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