Desde hace algo más de cuarenta años, vengo traspasando a figuras de plomo las influencias que libros, películas, ilustraciones e incluso "comics", han ido dejando en mí.

Las figuras que pinto, son en su mayor parte "miniaturas militares", ya que ha sido la Historia, especialmente la Antigua y Medieval, mi mayor fuente de "inspiración". Las escalas más frecuentes que utilizo, son las de 15, 25 y 28 mm. Son las mismas que utilizan los "wargamers", con los que coincido en la necesidad de representar grandes unidades en un mínimo espacio.

Los textos con que acompaño las miniaturas, en ningún caso pretenden ser exhaustivos, ni estudios sobre el período de que se trate. Sólo trato de comentar sucintamente, el ambiente (histórico o imaginario) en que se movieron las figuras representadas.

Animado por amigos y familiares, y especialmente por mi amiga Kirei (artífice además, del soporte técnico que podéis ver), me decido a mostrar públicamente parte de mi colección. Continuaré añadiendo entradas periódicamente.

Llevado de mi impenitente cinefilia, me permito en algún caso, recomendar títulos que pueden ampliar datos a los posibles interesados en los temas tratados.

Espero que os gusten "mis" figuras. Si se os ocurre hacer algún comentario, sugerencia o rectificación, no dudéis en contactarme.

Guerra de los Cien Años - Batalla de Crécy - Ingleses

Eduardo III, con su estado mayor.

De nuevo trasteando con la Guerra de los Cien Años, período tan interesante desde el punto de vista del estudio de la Historia de Europa, como desde el de la evolución armamentística durante la Baja Edad Media.

A este conflicto he dedicado anteriormente dos entradas: una dedicada al arco largo inglés y otra a la batalla de Agincourt y a la historia de esta Guerra. La primera entrada, protagonizada por una figura de 90mm y la segunda por tres mini-dioramas en 28mm, que ilustran momentos álgidos de la batalla.


Detalle de una unidad de caballeros desmontados.

Pero no tenía hasta ahora figuras con las que poder organizar una buena batalla en un momento dado. Ahora, con la preparación de este ejército inglés en 15mm, empiezo a compensar tal carencia, que desaparecerá cuando en un futuro más o menos próximo, termine de pintar el ejército francés que se enfrentará a los británicos que aquí aparecen.

Otra unidad. Segundo por la izquierda: el Príncipe Negro.

La batalla de Crécy se produjo el 26 de agosto de 1346; la de Agincourt, de la que hablábamos antes, el 25 de octubre de 1415. Y vemos que entre ambas contiendas transcurrieron 69 años. ¿Y por qué detallo esto? Pues porque en esos 69 años el armamento en general, y particularmente yelmos y armaduras habían evolucionado de manera importante. 

Y tristemente, vemos en demasiados sitios, cómo tan pronto se habla de la Guerra de los 100 años, los caballeros son representados portando el famoso "bacinete de hocico de perro" (de visera móvil), independientemente del momento cronológico que se esté tratando. Y en puridad, el bacinete de hocico de perro no debería aparecer antes de (poco más o menos) 1380. 

Los arqueros de "arco largo", protegidos por una estacada.

En los primeros años de la contienda (y desde luego, en Crécy) el tipo de yelmo más usado por los caballeros fue el "gran yelmo" o "yelmo de cimera". Era éste una evolución del "yelmo de calva plana", tan común durante el siglo anterior. El gran yelmo, tenía (como su nombre indica) un tamaño superior al de su predecesor, llegando en algún caso a descansar directamente sobre los hombros; sus paredes eran más gruesas y su "calva" o parte superior, adoptaba forma globular o cónica para facilitar el desvío de los golpes.


Este tipo de yelmo también es conocido como "yelmo de cimera": era común adornar su parte superior (su "cima") con un motivo heráldico. Simples telas o bureletes en un principio, más tarde elaboradas figuras fantásticas o legendarias, dragones, cuernos, alas... El gran yelmo era portado sobre otras protecciones interiores: generalmente un capacete de cuero, el almófar de malla y en ocasiones un pequeño bacinete.

 Como al margen del combate el gran yelmo no solía llevarse puesto, algunos ejemplares incluían un enganche para una cadena que lo unía a la cota de malla, con lo que podía portarse cómodamente con el consiguiente descanso de cuello y cabeza. Más tarde, esas cadenas de sujeción se engancharían a las placas metálicas que comenzaron durante este período a reforzar la cota y que terminarían por formar la armadura completa o "arnés blanco" (entre mediados y finales del siglo XV).

Los protagonistas de la jornada.

Digamos de paso que "yelmo" (alemán: "helm", inglés: "helmet", francés:  "heaume"...) es la pieza de la armadura que cubre cabeza y rostro; por lo que es inapropiado utilizar el término para referirse a cascos que únicamente protegen la cabeza, como el "chapel de fer", o los cascos semicilíndricos usados desde principios de la Edad Media. Todos los yelmos son cascos, pero no todos los cascos son yelmos.


La Guerra de los 100 años se extendió entre 1337 y 1453 (116 años en realidad); y fue el período en que la Caballería empezó a ser vencida en los campos de batalla por una infantería entrenada, disciplinada y que comenzaba a hacer un terrible uso de dos armas temibles para los caballeros montados: por una parte, la pica (en la que fueron maestros flamencos y suizos); por otra, el "arma a distancia": ballestas, arcos largos y una incipiente artillería. Concretamente en la batalla de Crécy, fue el arco largo inglés el artífice de la victoria. Como igualmente lo sería en Poitiers y Agincourt.

Pero del arco largo inglés ya hemos hablado bastante en las citadas entradas anteriores, así que simplemente digamos ahora, que en la época que tratamos, quedó obsoleta la antigua máxima tan querida por los caballeros: " Cien jinetes valen más que mil infantes". Pues mire usted: no.  ;)

Los "billmen".

Entre las cifras más manejadas para cuantificar el ejército inglés en Crécy, están éstas: 4.000 caballeros (que combatieron a pie, como aparecen en nuestra reconstrucción), 8.000 arqueros y 4.000 infantes; no se nos indica claramente qué tipo de arma portaban estos "infantes". También contaba Eduardo con una incipiente artillería, que detallaremos después.


Podemos pensar que estos hombres usarían diversos tipos de armas de asta (pole arms). Su misión sería tanto proteger a los arqueros de una excesiva cercanía de la caballería enemiga como salir de sus líneas para rematar (o apresar) a los caballeros enemigos caídos, para lo que su arma sería idónea. Los ingleses no se complicaban demasiado para dar nombre a este tipo de armas (nombres que serían tan variados como su morfología). Denominaban "bill" a cualquier arma de asta; y "billmen" a sus portadores.

Sin embargo la armamentística francesa era (y es) mucho más rica en vocablos para designar este tipo de armas. En la inapreciable obra de Liliane et Fred Funcken titulada "Le costume, l'armure et les armes au temps de la Chevalerie" (Casterman, 1977; 2 Vols) encontramos un amplio estudio sobre las diferentes armas del grupo que aquí se denomina "Armes blanches". Y en tal estudio vemos claramente que el nombre del arma que portan nuestra figuras es "Vougue". El vocablo francés derivó en el castellano "guja".



Pero la apariencia del arma que portaban originalmente nuestras miniaturas era muy poco parecida a lo que debería ser una guja. Arriba a la izquierda, vemos que la cabeza del arma es totalmente fusiforme, lo que no se atiene a la realidad; y cómo lo que debería ser un "gancho" aparece como un "pincho". Con un gancho, es posible "enganchar" (valga la redundancia) a un caballero y desmontarlo. Con un pincho, no. 

Sólo después de mucho trabajo de lima (eran doce figuras), conseguí que el arma se pareciese a una guja auténtica. Arriba, a la derecha, la miniatura después de la labor de "limado". Como se ve, el arma tiene ahora un apariencia más estilizada y agresiva. En la parte inferior, diversos tipos de gujas (o vougues) escaneados del citado libro de Liliane et Fred Funcken. La número cuatro es la que más se aproxima a nuestro modelo; aún cuando en éste no aparece el detalle del ajuste real de la hoja al asta. Bueno, normal, estamos hablando de 15mm.


La artillería.

La artillería se había utilizado desde bastante antes de 1346. Su primera aparición en Occidente parece haber sido durante el sitio de Niebla (España), donde los asediados musulmanes la utilizaron contra los sitiadores cristianos en fecha tan temprana como 1262. Posteriormente apareció en varias operaciones de sitio; pero la primera vez que fue utilizada en una batalla campal fue aquí: en Crécy.


El armatoste de madera que vemos arriba, cuyo cometido era amortiguar el impacto del retroceso de la pieza, es una creación propia. La idea, tomada del texto antes citado de Liliane y Fred Funcken.


En Crécy, Eduardo III dispuso de tres bombardas facilitadas por sus aliados flamencos. Y aunque no parecen haber sido decisivas en el combate, seguramente contribuyeron al espanto de la caballería francesa y a la confusión en el campo enemigo.


Aquí aparece el ala derecha de la línea inglesa, que mandaba el Príncipe Negro, hijo y supuesto sucesor de Eduardo III. Y digo "supuesto sucesor" porque tristemente (para él) murió un año antes que su padre. Vemos al príncipe a la izquierda, con la espada en alto.

El ejército inglés en Crécy al completo: 13 peanas, 52 figuras.

No vamos a comentar ahora los detalles del enfrentamiento, nos extenderíamos demasiado. Pero lo haremos no tardando mucho, cuando estudiemos los componentes del ejército de Felipe VI. Y veremos entonces el desarrollo de una batalla que sorprendió a Europa.


---oOo---


(Edición posterior: para ver el desarrollo de la batalla y la 
composición del ejército francés, pinchad aquí). 



---oOo---


Las figuras, de Essex Miniatures, 15mm.



---oOo---