Desde hace algo más de cuarenta años, vengo traspasando a figuras de plomo las influencias que libros, películas, ilustraciones e incluso "comics", han ido dejando en mí.

Las figuras que pinto, son en su mayor parte "miniaturas militares", ya que ha sido la Historia, especialmente la Antigua y Medieval, mi mayor fuente de "inspiración". Las escalas más frecuentes que utilizo, son las de 15, 25 y 28 mm. Son las mismas que utilizan los "wargamers", con los que coincido en la necesidad de representar grandes unidades en un mínimo espacio.

Los textos con que acompaño las miniaturas, en ningún caso pretenden ser exhaustivos, ni estudios sobre el período de que se trate. Sólo trato de comentar sucintamente, el ambiente (histórico o imaginario) en que se movieron las figuras representadas.

Animado por amigos y familiares, y especialmente por mi amiga Kirei (artífice además, del soporte técnico que podéis ver), me decido a mostrar públicamente parte de mi colección. Continuaré añadiendo entradas periódicamente.

Llevado de mi impenitente cinefilia, me permito en algún caso, recomendar títulos que pueden ampliar datos a los posibles interesados en los temas tratados.

Espero que os gusten "mis" figuras. Si se os ocurre hacer algún comentario, sugerencia o rectificación, no dudéis en contactarme.

Antigua Grecia - El Hoplita Desconocido


Una de las grandes satisfacciones que ofrece esta afición (o manía) de pintar miniaturas, es la posibilidad de poder elegir en cada momento, no sólo época o ambiente de la figura (o figuras) que queremos pintar, sino entre la gran variedad de escalas que nos ofrece el mercado.

Mis favoritas son las de 15 y 28mm; las primeras para representar ejércitos completos (más o menos), las segundas para montar "viñetas" o formar pequeños grupos de figuras en las que podemos trabajar con más detalle que en las escalas más pequeñas; pero no me desagrada pintar ocasionalmente 54, 70 ó 90mm.


Tan reconfortante como cambiar de escala, es cambiar de "estilo". Si te has pasado un mes pintando napoleónicos (por ejemplo) en 15mm, no hay cosa que libere más la mente que tirarte otro mes pintando dragones, orcos u otros bichos variados en 28.

El caso es que en un momento dado, me pedía el cuerpo pintar una figura histórica, seria y en una escala "grande"; 54mm por ejemplo, y no convenciéndome nada de lo que tenía guardado por los cajones, me dirigí a cierta tienda (que no detallaré y a la que hacía tiempo que no iba) especializada en tales "escalas grandes".


Y me encuentro con que me dicen que "ya no venden figuras sin pintar". Claro, desde un punto de vista comercial es lógico. Triste, pero lógico. Por una figura pintada pueden cobrar... iba a decir "10 veces más" que por la misma figura sin pintar; pero es el caso que en ocasiones la proporción se dispara de una forma abismal.


Conclusión: el hecho de que "ya no vendan figuras sin pintar" me parece una falta de respeto a quienes disfrutamos pintando, y una entrega vergonzosa a quienes simplemente "coleccionan". Con todos mis respetos a los coleccionistas, su mérito (si existe) es simplemente poder realizar un gasto determinado. No me parece comparable (ni de lejos) al esfuerzo que supone pintar una miniatura, independientemente de la pericia con que cada uno de nosotros (los que pintamos) podamos hacerlo.


El caso es que en tal establecimiento no volverán a verme el pelo. Pero lo peor estaba por venir: cuando me dirijo a la puerta (más cabreado que una mona), para irme a otra tienda, observo en un rincón, al hoplita protagonista de este post (sin pintar, por supuesto), en compañía de otras figuras. 

Me dirijo al dependiente y pregunto: "¿Y estas figuras no están a la venta?" y me contesta: "Sí, sí". "Ah, pues qué bien" - respondo - "¿Y de qué marca son?" Y ahora lo alucinante: "Pues no lo sé... me las trae un chico ruso". 


La chingamos tía Luisa... O sea: un comerciante que no sabe lo que vende. ¿...? Bueno, eso: alucinante. El caso es que a fin de cuentas, salí de la tienda con el hoplita en cuestión y con otra figura de la que hablaré en su momento. Ambas bastante maltratadas, con "bollos" por varios sitios, y por supuesto, ni caja, ni blister ni nada de nada. 

  Al final, tras mucho curre de lima, cuchilla y masilla, la figura queda bastante aparente. Por otra parte, el "anónimo fabricante" logró un buen trabajo: el hoplita tiene una pose sugerente y un acabado (excepto algún detalle chapucero) muy aceptable.


Se trata de un guerrero de la Guerra del Peloponeso (431-404 aC), que enfrentó a Atenas con Esparta terminando con la victoria de la segunda. Usa el famoso "casco corintio" en una de sus variantes más evolucionadas y su protección corporal es una armadura de lino reforzada en los costados con escamas de bronce. Su lanza, la "dory"; su espada, del tipo "kopis".



Y la figura es de...
 ¿Por qué creéis que titulo este post "El Hoplita Desconocido"?  ;)



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