Desde hace algo más de cuarenta años, vengo traspasando a figuras de plomo las influencias que libros, películas, ilustraciones e incluso "comics", han ido dejando en mí.

Las figuras que pinto, son en su mayor parte "miniaturas militares", ya que ha sido la Historia, especialmente la Antigua y Medieval, mi mayor fuente de "inspiración". Las escalas más frecuentes que utilizo, son las de 15, 25 y 28 mm. Son las mismas que utilizan los "wargamers", con los que coincido en la necesidad de representar grandes unidades en un mínimo espacio.

Los textos con que acompaño las miniaturas, en ningún caso pretenden ser exhaustivos, ni estudios sobre el período de que se trate. Sólo trato de comentar sucintamente, el ambiente (histórico o imaginario) en que se movieron las figuras representadas.

Animado por amigos y familiares, y especialmente por mi amiga Kirei (artífice además, del soporte técnico que podéis ver), me decido a mostrar públicamente parte de mi colección. Continuaré añadiendo entradas periódicamente.

Llevado de mi impenitente cinefilia, me permito en algún caso, recomendar títulos que pueden ampliar datos a los posibles interesados en los temas tratados.

Espero que os gusten "mis" figuras. Si se os ocurre hacer algún comentario, sugerencia o rectificación, no dudéis en contactarme.

Evitando desparrames - Torre de dados (y más)


Seguramente, todos hemos tenido alguna vez, tardes de partidas (ya fuesen de rol, wargame o parchís) en las que nos hemos pasado más tiempo buscando dados por el suelo que jugando.

Y es que parece que los dados tienen cierta afición a desparramarse más allá de los límites de la mesa, para buscar "quién sabe qué" debajo de armarios, sillas o cualquier cachivache más grande que ellos.


Es cierto que hay maestros del cubilete, a los que nunca se les caen los dados; pero aparte de esos "bendecidos por los dioses", al común de los mortales sí se nos caen con frecuencia. Con demasiada frecuencia.

Por eso, andaba yo buscando un método para evitar tanto molesto "desparrame". Las bandejas de dados no me convencían; ocupan demasiado espacio (para mi gusto) sobre la mesa.


Entonces, alguien me habló de las "torres de dados". Y después de una búsqueda por Internet, encontré varios modelos enfocados a la venta... que no me gustaron: unos eran demasiado sofisticados, otros demasiado horribles... otros demasiado caros.

Pero también encontré varias páginas de coleguitas "frikis" donde se indicaban sistemas buenos, bonitos y baratos para fabricarse uno mismo "el invento". Tras hacer pruebas con varios de esos sistemas, opté por el que dejo aquí debajo (por si alguien gusta de hacerse una bonita torre "por tres duros":


Y aquí están las plantillas para reproducir "la cosa". A decir verdad, estas plantillas no son exactamente las que descargué de la Red. Las originales venían en un sólo gráfico; pero a efectos de que pudieran imprimirse cómodamente en un folio "normal", (21 x 29,5 centímetros) partí el gráfico en dos.

Y como no me veía tomando medidas regla en mano, para traspasar las dimensiones al material elegido (selitron, en mi caso) opté por lo más fácil; imprimir los gráficos sobre folios adhesivos y pegarlos después sobre el selitron. Sistema que recomiendo por rápido y efectivo.

Obviamente, también se puede utilizar cartón pluma, cartulina gruesa, lámina de madera... En cuanto a las medidas, si el gráfico se imprime tal y como aparece aquí, la torre tendrá una altura de 13 centímetros. Sin contar la base, que no figura en las plantillas y que añadí "de motu propio" para darle más estabilidad a la pieza.


Las medidas pueden ser redimensionadas (Photoshop mediante; los gráficos son archivos JPG), en caso de que alguien prefiera una torre más grande (o más pequeña, para gustos...). También puede quitarse el color del gráfico; a la hora de imprimir, ahorraremos tinta si lo hacemos en "blanco y negro". 

(Mucho ojo: si vais a imprimir estos gráficos, no lo hagáis desde aquí; hacedlo desde el modo "imagen ampliada", ya sabéis: pinchando sobre la imagen y "guardando" después. Esto es importante, porque Blogger limita el tamaño del segundo gráfico y tristemente, el resultado sería que las partes no encajarían debidamente).  

Posteriormente al recorte y pegado de las diferentes partes, la pieza se puede "customizar". Hay ejemplos en la Red francamente vistosos. Yo he optado simplemente por pintar de un sobrio marrón oscuro toda la pieza y añadirle un fieltro verde, lo que aparte de "hacer bonito" reduce el ruido de los dados al rodar.


La efectividad  de la torre, fue probada mediante varias partidas a "la cucaracha" con las peques de la familia. Y aunque en honor a la verdad, hay que reconocer que "algún dado se cayó al suelo", también habrá que convenir en que fue por "hacer el ganso en demasía".

El caso es que con la torre y "la cucaracha" el rato de risas estuvo garantizado. ¿Cómo? ¿Que no sabéis jugar a "la cucaracha? Eso lo arreglamos ahora mismo.

Lo primero que necesitamos es un juego de dados de "póker", como los que vemos arriba. Y con ellos, tendremos que componer una "cucaracha" (más o menos) como ésta:


Cierto, se trata de una cucaracha muy particular, porque tiene ocho patas (y ya sabemos que los insectos tienen seis). Además tiene "rabo" (?). Bueno, cosas que hay que ver... el caso es que de esta manera nos reímos más. XD

En este juego sólo pintan algo los ases; el resto de figuras no sirve para nada. Empieza a tirar dados el primer jugador, y podrá seguir haciéndolo mientras siga sacando ases. Cuando deje de hacerlo, el turno pasará al siguiente jugador. Habremos empezado dibujando sobre un papel tantos óvalos (el cuerpo de la cucaracha) como jugadores haya.


Y aquí arriba vemos de manera explícita, el "coste" en ases de las diversas partes de la cucaracha. Si jugamos "a ganador", la victoria es del primero que acabe la cucaracha; si lo hacemos "a perdedor" (por ejemplo: el que paga las cervezas), entonces perderá el último en hacerlo. De hecho no es necesario que la acabe; cuando todos menos uno tengan su cucaracha terminada, ya sabemos quién paga.

Debajo, vemos un ejemplo de como va la partida al acabar la primera "ronda". El primer jugador sacó dos ases, y puso a su cucaracha "la cabeza". Mal hecho, porque puede darse el caso de que después de "esos dos ases", sólo le salgan "unos", y llegue el momento en que no pueda ponerse "las costillas", por no tener la "partición".  


El segundo jugador sacó un as: vale, pues una pata. El tercero, ninguno: la cucaracha sigue desnuda. El cuarto sacó dos, y con buen criterio empezó por colocar "la partición". De esa manera no tendrá el problema descrito antes.

Si un jugador saca cuatro ases, podrá optar, en función del estado de su cucaracha, por ponerse el rabo (si no lo tenía ya) y una pata, o por la cabeza y la partición... en fin, se admiten componendas varias. Y hay quien juega de manera que si alguien saca de golpe cinco ases (¡un repóker!), ese alguien gana automáticamente la partida. Pero esta regla quitaría gracia y duración al juego. Yo nunca la uso, aparte de que si jugáis con un/a suertudo/a, estáis vendidos. ;)


Pues hale, ya tenéis material para haceros una torre de dados y además, habéis aprendido (los que no supierais) a jugar a "la cucaracha". Aquí arriba os dejo tres ases para el "rabito". Y... "Alea jacta est".  ;)


---oOo---


Sigo prefiriendo utilizar los dados para perseguir a Napoleón a base de cañonazos por un Waterloo de cartón... 
pero si tenéis peques en casa, "la cucaracha" os puede proporcionar ratos memorables. Seguro.


---oOo---