Mitos Griegos - Fundación de Tebas - Cadmo

 Posiblemente, la ciudad de Tebas, no tenga en el ámbito de la Historia de Grecia la sonoridad que tuvieron (y tienen) Esparta o Atenas, pero durante un período, sobre la mitad del siglo IV aC, Tebas fue la potencia hegemónica de la Hélade.

Después de que Atenas fuese totalmente derrotada por Esparta en la Guerra del Peloponeso (431-404 aC), los espartanos dominaron toda Grecia. Pero tan solo 33 años después, los tebanos al mando de uno de los estrategas más grandes que nunca tuvieron, Epaminondas, conseguían doblegar a las falanges espartanas.

Esto ocurrió en la batalla de Leuctra, en 371 aC, y fue posible gracias a una innovación  táctica ideada por Epaminondas: el orden oblicuo, del que hablaremos más extensamente en otro momento. El momento de los tebanos había llegado, y su hegemonía se asentaría en 362 aC, cuando en la batalla de Mantinea, vencieron a una coalición de espartanos y atenienses apoyada por otras polis.

Sin embargo, tampoco duraría mucho su hegemonía. En 338 aC, el rey Filipo II de Macedonia, que había sido años antes rehén en Tebas y había estudiado y mejorado la táctica del orden oblicuo, vencía a los tebanos coaligados a los atenienses. En esta batalla hizo sus primeras armas el hijo de Filipo: Alejandro el Magno.

  Y en 335 aC, solo tres años después de Queronea, el propio Alejandro destruía la ciudad de Tebas, acabando con las ambiciones tebanas para siempre. Destaquemos que al incendiar Tebas, Alejandro ordenó respetar la casa del poeta Píndaro, tebano ilustre al que admiraba el macedonio.

Aparte hechos y personajes históricos, Tebas tuvo también un papel importante en la Mitología Griega: allí nacieron el propio Heracles y el matador de la Esfinge, Edipo. Y a caballo entre los mitos y la literatura, tenemos dedicada a la ciudad, una de las tragedias más famosas que nos legó la Antigüedad: "Los Siete contra Tebas" (Esquilo, 467 aC), donde vemos a los hijos de Edipo dándose muerte mutuamente en lucha por el trono de la ciudad.

  Pero mucho antes que existiese cualquiera de los personajes citados, vivió (según los Mitos) Cadmo, el fundador de Tebas. Recordemos que aún en tiempos históricos, la acrópolis de Tebas se conocía como "La Cadmea", en honor de su fundador.

Y es la historia de la fundación de Tebas, un bonito y variado relato que vamos a ver a continuación. Por algo en las miniaturas que protagonizan esta entrada, he pretendido reflejar a Cadmo y a su antagonista: la serpiente.

Como siempre en estos casos en que me dispongo a narrar antiguos mitos, precisaré que la historia tiene múltiples versiones, y que al redactar el presente resumen, he escogido entre diferentes textos, las variantes que me han ido pareciendo  más sugestivas. Y es que pocos mitos tienen un texto "canónico". A lo que vamos...

Cadmo y la fundación de Tebas

La cosa empezó en Fenicia, en territorios de lo que hoy es Siria y parte del Líbano. Reinaba allá, en una ciudad costera cuyo nombre no se ha conservado, el rey Agenor, que tenía varios hijos; entre ellos, el propio Cadmo y Europa, que era una princesa bellísima.

Tan bella era Europa, que el propio Zeus se encaprichó de ella. Para conseguirla, se metamorfoseó en un bonito y manso toro blanco y comenzó a trotar graciosamente por la playa donde jugaban Europa y sus amigas, tratando de llamar su atención.

Al poco, las muchachas se acercaron al toro y juguetearon con él, le coronaron de flores, y al notar que era manso, la princesa Europa se atrevió a montar en su lomo. Era lo que Zeus estaba esperando. En cuanto notó a la moza sobre él, dio un gran salto y se arrojó al mar. Europa no tuvo más remedio que agarrarse como pudo y dejarse llevar. La carrera acuática del toro-Zeus sólo terminó al llegar a la isla de Creta.

Una vez en la isla, Zeus recobró su forma habitual y se unió a la princesa, de la que tuvo tres hijos. Estos hechos se conocen habitualmente como "El Rapto de Europa" y han sido ampliamente representados en la Pintura Universal. Pero abandonemos Creta y a la princesa Europa, para regresar a Fenicia y a Cadmo.

Allí, el rey Agenor, informado por las amigas de Europa de los sucesos que hemos visto, montó en cólera y ordenó a sus hijos que saliesen sin tardanza en busca de su hermana, advirtiéndoles que si no la encontraban, no volviesen jamás, porque serían condenados a muerte.

Así fue como los hijos de Agenor se dispersaron por el Mediterráneo. Y como nunca pudieron encontrar a Europa, cada uno de ellos se estableció en una región diferente. Sigamos a Cadmo, que es el que nos interesa.

 En su deambular, Cadmo y algunos de sus compañeros llegaron a Grecia, y sin saber qué camino tomar, acudieron a Delfos, donde el héroe pidió consejo al Oráculo de Apolo. La Pitia le aconsejó abandonar la búsqueda, y le indicó que al salir del santuario encontraría una vaca. Debería seguir al animal, y en el lugar donde la vaca se detuviese y se tumbase, debería fundar una ciudad.

   Así lo hizo Cadmo, y tras seguir a la vaca durante tres días, al llegar a la región que sería más tarde conocida como Beocia, el animal, agotado, se dejó caer al suelo. El nombre de Beocia, procede precisamente de esta vaca (de "bous", que significa "res").

Cadmo sacrificó al animal y preparó un acto de agradecimiento a los dioses, para lo que mandó a sus compañeros a buscar agua a un arroyo cercano, junto a un bosquecillo. Lo que no sabía Cadmo era que en aquel bosquecillo habitaba una enorme serpiente, hija del dios Ares, que asesinó a los compañeros.

Al rato, viendo que sus amigos no regresaban, Cadmo se dirigió al arroyo, y encontrando al monstruo, entabló pelea con él y consiguió matarlo. Pero el héroe había quedado solo. Entonces, se le apareció la diosa Atenea (que le protegía), y le aconsejó que, arando el campo, sembrase en él los dientes de la serpiente.

Así lo hizo Cadmo, y al poco, de cada uno de los dientes del monstruo, brotó un guerrero armado, de modo que enseguida hubo sobre el campo un tropel de combatientes. Cadmo, asustado, tomó sus armas para defenderse, pero uno de los guerreros, le conminó a permanecer al margen de la batalla que se iba a producir a continuación. Y tras decir esto, ensartó su espada en el compañero más próximo, para ser a su vez atravesado por el arma de otro.

Antiguos vasos griegos decorados con el tema de Cadmo y la Serpiente.

Así, los guerreros nacidos de la tierra, se despedazaron entre sí durante largo rato. Cuando sólo quedaban cinco con vida, Atenea detuvo el combate y anunció a Cadmo que estos serían sus nuevos compañeros. Sus nombres: Equión (no confundir con el argonauta del mismo nombre), Udeo, Ctonio, Hiperenor y Peloro. 

Con estos compañeros, Cadmo fundó la ciudad, que en un primer momento se llamó Cadmea, siendo más tarde rebautizada como Tebas, nombre con el que pasó a la Historia y al Mito. Más tarde, para congraciarse con Ares, enojado por la muerte de su serpiente, Cadmo desposó a Harmonía, hija del dios y de Afrodita.

Hombres y mujeres de los contornos acudieron a la nueva ciudad en construcción, y al poco, Cadmo y Harmonía reinaban sobre un pueblo numeroso y feliz. 

Y la historia de la fundación de la ciudad terminaría aquí... pero será interesante dedicar unas breves líneas al final de Cadmo y Harmonía.

Es el caso, que a pesar del tiempo transcurrido, la diosa Hera (esposa de Zeus, como sabemos), no olvidaba que Cadmo era hermano de Europa, con quien su esposo la había engañado. Y rencorosa como era, descargó su odio contra Cadmo y sus descendientes de mil maneras que no vamos a detallar porque sería muy largo de contar... solo diremos que tras reinar muchos años y tener numerosos hijos y nietos, el fundador de la ciudad fue expulsado de Tebas por su propio pueblo, incitado por la diosa.

Ancianos ya, y desengañados de la vida, Cadmo y Harmonía se retiraron a Iliria, donde suplicaron a Zeus que pusiera fin a su existencia. Y el dios, apiadado, les convirtió en serpientes (en recuerdo de la serpiente de Ares), y los transportó a los Campos Elíseos. Y como en los Campos Elíseos se debe vivir bastante bien (aunque sea en forma de ofidio), después de todo, Cadmo y Harmonía no se podrán quejar.  :)

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Según algunos autores (y algo de esto ya dijo Heródoto), el mito de Cadmo, refleja el hecho histórico de la llegada del alfabeto fenicio a Grecia. Podría ser... y es que los mitos siempre esconden verdades ocultas en los abismos del tiempo.

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Y las figuras son...

La Serpiente: 

de Artizan Guild - Ref. Giant Snake A

(Resina)

Cadmo:

 de Crusader Miniatures - Ref. 023 - Unarmoured Greek Hoplites

- Selección de un blister de 6 figuras -

(Metal)

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