Desde hace algo más de cuarenta años, vengo traspasando a figuras de plomo las influencias que libros, películas, ilustraciones e incluso "comics", han ido dejando en mí.

Las figuras que pinto, son en su mayor parte "miniaturas militares", ya que ha sido la Historia, especialmente la Antigua y Medieval, mi mayor fuente de "inspiración". Las escalas más frecuentes que utilizo, son las de 15, 25 y 28 mm. Son las mismas que utilizan los "wargamers", con los que coincido en la necesidad de representar grandes unidades en un mínimo espacio.

Los textos con que acompaño las miniaturas, en ningún caso pretenden ser exhaustivos, ni estudios sobre el período de que se trate. Sólo trato de comentar sucintamente, el ambiente (histórico o imaginario) en que se movieron las figuras representadas.

Animado por amigos y familiares, y especialmente por mi amiga Kirei (artífice además, del soporte técnico que podéis ver), me decido a mostrar públicamente parte de mi colección. Continuaré añadiendo entradas periódicamente.

Llevado de mi impenitente cinefilia, me permito en algún caso, recomendar títulos que pueden ampliar datos a los posibles interesados en los temas tratados.

Espero que os gusten "mis" figuras. Si se os ocurre hacer algún comentario, sugerencia o rectificación, no dudéis en contactarme.

Ricardo Corazón de León, Trovador - Y Leonor


Seguramente sea Ricardo I de Inglaterra, más conocido como "Ricardo Corazón de León", el rey británico más famoso mundialmente a nivel popular... dejando aparte al mítico "Rey Arturo", obviamente. Y es también Ricardo, uno de los monarcas más valorados aún en el Reino Unido. Lo cual no deja de ser curioso, considerando el corto  tiempo que pasó en territorio inglés y la escasa atención que prestó a los intereses genuinamente británicos.

Pero el colorido de sus hechos (que repasaremos brevemente después), tiene tal atracción que justifica el aura de celebridad que le rodeó desde el momento de su muerte. Su fama guerrera es conocida, pero no tan conocida es su faceta como trovador (aún cuando apenas nos han llegado tres de sus poemas). Sin embargo, considerando quién fue su madre, no debería extrañarnos esa faceta.

Su padre fue Enrique II Plantagenet, primer rey de esta dinastía en el trono de Inglaterra, así como Conde de Anjou y Duque de Normandía, esto último, por derechos sucesorios que se remontaban a los días de Guillermo el Conquistador. Y su madre, fue la interesantísima Leonor de Aquitania, Duquesa de éste y otros señoríos en el Mediodía francés. Por tanto, la unión de Enrique y Leonor en el trono inglés, significaba que aparte de "reyes de Inglaterra", eran señores feudales franceses, y como tales, debían vasallaje por sus posesiones, al rey de Francia. Esto sería el origen de la Guerra de los Cien Años, a cuyo desarrollo he dedicado varias entradas anteriormente.

El caso es que, al acceder Ricardo al trono, sus territorios comprendían tanto Inglaterra como amplias zonas francesas, razón por la que pasó más tiempo en Francia (tanto combatiendo a vasallos levantiscos como ejerciendo sus prerrogativas en calidad de Duque y Conde) que en Inglaterra. Y volvería a abandonar el país al partir a la Tercera Cruzada, como veremos. Pero hablemos de Leonor de Aquitania...


- Leonor de Aquitania -
Leonor nació en Poitiers hacia 1122; nieta del considerado como "primer trovador", Guillermo IX, Duque de Aquitania (1071-1127), quien entre otros poemas que conservamos, compuso el que podríamos denominar "primer poema surrealista de la historia", y cuyo principio no me resisto a detallar (en traducción de Luis Alberto de Cuenca):

"Haré un poema de la pura nada.
No tratará de mí ni de otra gente.
No celebrará amor ni juventud
ni cosa alguna,
sino que fue compuesto
durmiendo sobre un caballo".

Si esto no es surrealismo "avant la lettre", que venga Zeus y lo vea...  XD

Leonor accedió al Ducado de Aquitania (que comprendía desde el Loira hasta los Pirineos), a la muerte de su padre, Guillermo X, fallecido durante una peregrinación a Santiago de Compostela en 1137. Había recibido Leonor una educación exquisita (para la época), que la convertía en una mujer conocedora de la Historia, la Literatura, la Música, el Latín...  

Su valía personal, su belleza (según antiguas crónicas) y sobre todo, sus amplios dominios territoriales (mayores en el momento, que los que poseía el rey de Francia), hicieron que el heredero al trono francés, el que sería Luis VII (y sus consejeros), la propusieran matrimonio. Y la unión se celebró en Burdeos en 1137. Poco después, el mismo año, fallecía Luis VI, el padre de su marido, y la pareja se convertía en "Reyes de Francia".


Pese a las prontas desavenencias del matrimonio, en 1146, ambos acudieron a la Segunda Cruzada, promovida por la predicación de Bernardo de Claraval. A la inicial negativa de su marido, Leonor hizo valer sus derechos como Señora Feudal para poder participar en la Cruzada. En Tierra Santa, surgieron murmuraciones por la relación (real o inventada, no consta) entre Leonor y su tío Raimundo de Poitiers. En 1148, tras el fracaso de la Cruzada, Leonor y Luis regresaban a Francia por caminos separados. Y para 1152, tras haber concebido dos hijas (María y Alix), el matrimonio se separaba con el beneplácito de Roma. Leonor consiguió retener sus dominios tras la separación.

Y el mismo año de 1152, Leonor contraía nuevo matrimonio, ahora en Poitiers, con el heredero al trono inglés, Enrique Plantagenet, que en 1154 era coronado como Enrique II de Inglaterra. Y la pareja, como vimos antes, dominó además de Inglaterra, extensos territorios de Francia. Se unían a los Ducados de Normandía y Guyena, y el Condado de Anjou por parte de Enrique, el Ducado de Aquitania y otros señoríos, por parte de Leonor.

Fue un matrimonio complicado. Enrique pronto se enredó con múltiples amantes y en 1174, tras el fracaso de la rebelión de sus hijos, fomentada por Leonor, recluyó a ésta en el castillo de Chinon, en Francia; y posteriormente en otras fortalezas en Inglaterra, donde permaneció hasta la muerte de Enrique, en 1189, cuando fue liberada por su hijo Ricardo, ya rey de Inglaterra, y quien fue siempre el favorito de sus numerosos descendientes. Porque aunque hemos dicho, fue este, un matrimonio complicado, también fue prolífico: ocho hijos nacieron de la unión de Leonor y Enrique: cinco varones y tres féminas.


Tras la muerte de Enrique y la casi inmediata partida de su hijo Ricardo a la Tercera Cruzada, en 1190, Leonor actuó como regente de Inglaterra, impidiendo la conspiración que su hijo menor, Juan sin Tierra, tramaba conjuntamente con Felipe Augusto, rey de Francia, para destronar a Ricardo. Y cuando éste, al regreso de la Cruzada, fue capturado por el Duque de Austria y entregado al Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, que exigió un enorme rescate para liberarle, fue Leonor quien removió todos los estamentos de la sociedad inglesa para obtener el dinero suficiente para pagar el rescate. Incluso, parece ser, viajó personalmente a Viena para realizar el pago estipulado.

Una vez Ricardo en Inglaterra, Leonor logró la reconciliación de los dos hermanos. Pero Ricardo, una vez más, abandonó Inglaterra para dirigirse a Francia, donde moriría en 1199 asediando un castillo rebelde. A la muerte de Ricardo, heredaba el trono el hijo menor de Leonor, Juan sin Tierra. Pero la sucesión le fue disputada por un nieto de Leonor, Arturo de Bretaña (hijo de Godofredo Plantagenet), al que apoyaba Felipe Augusto, siempre dispuesto a "sacar tajada" de las disensiones entre los Plantagenet.

Y Leonor, que se había retirado a la Abadía de Fontevrault, debió abandonar su retiro para intentar poner orden en el caótico estado de cosas y apoyar a Juan: propuso una alianza matrimonial entre el hijo de Felipe Augusto y una de sus nietas. A tal fin, en 1200, con casi ochenta años, viajó a Castilla, a la corte de su hija Leonor Plantagenet, esposada con Alfonso VIII (el de Las Navas). Allí, entre sus numerosas nietas princesas, eligió la que le pareció más inteligente: Blanca, y con ella de la mano, viajó a Normandía, donde se celebró el matrimonio entre la princesa castellana y el hijo del rey francés. Ninguno de los dos contrayentes superaba los catorce años. La de Blanca fue una buena elección, porque Blanca de Castilla sería reina ejemplar de Francia y buena educadora de su hijo, que sería Luis IX, conocido como el Santo.

Sin embargo, la paz obtenida mediante este matrimonio no duró mucho; y poco después, Juan sin Tierra y Felipe Augusto volvían a guerrear por cuestiones territoriales, resultando de este enfrentamiento que Inglaterra perdía varias de sus posesiones francesas. Pero esto último ya no lo vería la gloriosa Leonor de Aquitania, que moría en su retiro de la Abadía de Fontevrault a los 82 años. Ya había hecho bastante...


Fue Leonor persona muy influyente en su tiempo, siendo un ejemplo claro de que en la Edad Media, algunas féminas no se resignaron a ejercer como "mujeres-florero" y ser moneda de cambio en acuerdos matrimoniales convenidos por sus familiares varones; algunas fueron bastante más que eso. 

Reina de Francia y de Inglaterra, madre de reyes y reinas, cuya sangre se extendió mediante su descendencia por numerosas cortes europeas, fundadora de abadías y monasterios... no en balde se la conoce como "La Abuela de Europa".

Pero lo que hizo de Leonor una figura muy destacable en la Historia, aparte su decisión, insumisión y valentía, fue su amor a la poesía y a la cultura en general. En las diversas cortes donde Leonor figuró como "primera dama", siempre dedicó parte de su tiempo a proteger a literatos, músicos y trovadores. Eran los tiempos del "amor cortés", y se la considera inventora de "Las Cortes de Amor", donde alentaba poéticas discusiones, y se celebraban conciertos, lecturas y charlas, en un ambiente de camaradería entre hombres y mujeres que fue algo inusual en su época, pero que pronto se extendería a todas las cortes de Europa, de la mano de trovadores y en alas de la "Materia de Bretaña" y los nuevos valores que proponía. Especialmente su residencia de Poitiers se convirtió en un paraíso para intelectuales de todo tipo; y en ese ambiente fue educado Ricardo.

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Ahora, habiendo conocido someramente la biografía de la madre de Ricardo, y pudiendo intuir la influencia que ésta ejerció sobre él, echemos un vistazo a la vida del propio Corazón de León. Algunos hechos que vamos a ver, ya habrán sido comentados antes (inevitable), pero procuraremos narrarlos con diferentes palabras  para que no suenen en exceso repetitivos.


- Ricardo Corazón de León -
Nació Ricardo en 1157, en el Palacio de Beaumont, ciudad de Oxford, tercer hijo varón del matrimonio entre Enrique II Plantagenet y Leonor de Aquitania. Los ocho hijos de esta unión, fueron (por orden de nacimiento): Guillermo (m. 1156), Enrique (llamado "el joven", m. 1183), Matilde, Ricardo, Godofredo, Leonor, Juana, y Juan, el conocido como "Juan sin tierra".

Como vemos, siendo el tercer hijo varón de su padre, Ricardo tenía muy difícil el acceso al trono, sin embargo, el destino jugó a su favor, llevándose tempranamente a sus hermanos mayores. En 1161, a los cuatro años, sus padres acordaron su compromiso matrimonial con la hija menor de Luis VII, Alix (1). La joven fue trasladada a la corte de Inglaterra, donde Enrique la convertiría en su amante. Esto horrorizó al joven Ricardo y le enemistó con su padre para siempre. El proyectado matrimonio nunca se llevó a efecto.

(1) Esta Alix, no es la nacida de la unión entre Luis VII y Leonor, sino otra hija de Luis, habida de su posterior matrimonio con Constanza de Castilla. El nombre de "Alix" puede aparecer en los textos en castellano con las variantes: Aelis, Alicia, Adela o Adelaida. Ojo a esto, que puede conducir a confusión.

Siendo el hijo predilecto de Leonor, ésta le cedió muy pronto el Ducado de Aquitania (1168) y posteriormente, el de Poitiers (1172). Esto provocaría la envidia de su hermano Enrique el Joven, que aunque declarado heredero de Inglaterra por su padre ya en 1170, veía que en la práctica, su hermano disponía de más autoridad real en Francia que él mismo en Inglaterra. Aunque también es cierto, que Ricardo, con quince años, debió enfrentarse por las armas a diversos nobles franceses que le disputaban el poder.


En 1173, Ricardo fue armado caballero por el rey de Francia, Luis VII. Y entre este mismo año y 1174, se produjo la primera rebelión de Ricardo y sus hermanos (alentados por Leonor y apoyados por Luis VII), contra su padre. Enrique, finalmente, consiguió aplastar el levantamiento y obligar a sus hijos a pedir perdón y someterse a su autoridad.

Pero en 1188, Ricardo, ya con 31 años, volvió a sublevarse contra Enrique. Y es que ahora, fallecidos sus hijos mayores, el rey pretendía ignorar la prioridad de Ricardo al trono, y dividir el reino entre éste y Juan sin Tierra. Ricardo, en unión del nuevo rey de Francia, Felipe Augusto (al cual rindió vasallaje por sus dominios franceses), obligó por las armas a su padre, a declararle único heredero.

En Tierra Santa, el año anterior (1187), el Sultán Saladino tras su victoria en "Los Cuernos de Hattin", había tomado Jerusalén al incompetente rey Guy de Lusignan, lo que provocó la convocatoria de la Tercera Cruzada. Y en 1188, Ricardo, tras haber sido declarado (como hemos visto) único heredero de Enrique, pronunciaba el voto de cruzado, sin contar con el beneplácito de su padre. 

Se dedicaba Ricardo a los preparativos para la Cruzada, cuando murió Enrique, en 1189. Ricardo se convertía en Rey de Inglaterra, siendo coronado en la Abadía de Westminter, y heredando conjuntamente el Ducado de Normandía y el Condado de Anjou, en territorio francés.

Y en 1190, tras haber incrementado las posesiones de Juan, esperando así atenuar sus ambiciones, y dejando a su madre, Leonor, como regente del reino, Ricardo partía a la Cruzada. Los planes para la campaña habían acaparado toda su atención durante los últimos meses, olvidándose tanto de Inglaterra como de sus intereses en Francia. Incluso llegó a malvender parte del patrimonio real para obtener ingresos con los que financiar la Cruzada.


La Tercera Cruzada, también denominada "Cruzada de los Reyes", fue dirigida además de por Ricardo, por Felipe Augusto de Francia y por Federico I Barbarroja, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Éste último se ahogó al cruzar un río, camino de Tierra Santa y gran parte de austriacos y alemanes se retiró de la campaña.

A finales de 1190, Ricardo llegaba a Mesina, en Sicilia, donde por diferencias familiares con el rey de la isla, Tancredo (casado con Juana, hermana de Ricardo), tomó y quemó la ciudad. Después, invernó en Sicilia. En marzo de 1191 continuaba en Mesina, a donde fue a reunirse con él su madre, que siempre preocupada por la "soltería" de sus hijos, venía acompañada de Berenguela de Navarra, con la que Ricardo contraería matrimonio poco después.

En abril de 1191 partía hacia Chipre acompañado de Juana y de Berenguela. En mayo arrebató la isla a los bizantinos, tras lo que contrajo matrimonio con Berenguela, en Limassol. Y para junio estaba por fin en Tierra Santa, ante los muros de Acre, recientemente tomada a los cristianos por Saladino. En menos de un mes, Acre era reconquistada por Ricardo.

 En el mismo verano de 1191, Felipe Augusto, desengañado de la Cruzada y tras agrias discusiones con Ricardo, regresaba a Francia. Ricardo, sin embargo, en septiembre, se enfrentaba en batalla campal con Saladino y le vencía en Arsuf.


En agosto de 1192, Saladino era vencido nuevamente por Ricardo, ahora en Jaffa. Esta victoria garantizaba la permanencia cristiana en el sur de Palestina. Sin embargo, el rey se percató de las dificultades que presentaba la toma de Jerusalén y la enorme pérdida de hombres que supondría. Decidió entonces formalizar un acuerdo con Saladino: los peregrinos cristianos (desarmados) tendrían libre acceso a Jerusalén, y Acre continuaría bajo control de los cruzados.

Y en octubre de 1192, Ricardo abandonaba Tierra Santa. Su ejército y su esposa partirían hacia Europa por otros caminos, pero él, sabiendo que durante la estancia en Palestina se había ganado la enemistad de varios grandes señores austriacos y alemanes, decidió viajar de incógnito. Disfrazado de mercader, o en otras ocasiones, de caballero templario, y acompañado por unos pocos súbditos, se embarcó rumbo a Venecia, esperando atravesar Europa sin ser reconocido y poder cruzar el Canal para llegar a Inglaterra.

Pero la suerte no le acompañó. El barco naufragó cerca de las costas italianas, y posteriormente, al pasar cerca de Viena, fue reconocido y apresado por ex-cruzados austriacos, que le entregaron al Duque Leopoldo de Austria, quien a su vez, le puso en manos del emperador Enrique VI, que le encerró en el castillo de Dürnstein y exigió a Inglaterra un cuantioso rescate a cambio de dejarle en libertad. Ricardo permanecería prisionero en Austria hasta 1194.

Durante su cautiverio, Ricardo compuso varios poemas. Uno de los pocos que nos han llegado, comienza diciendo:

"Ningún prisionero puede expresar 
alegremente sus sentimientos.
Pero para consolar su tristeza
puede escribir una canción".

A la izquierda, estatua de Ricardo Corazón de León, sita en Londres, junto al Edificio 
del Parlamento; foto propia. A la derecha, ilustración medieval representando 
a Leonor de Aquitania.

El regreso de Ricardo a Inglaterra no convenía a su hermano Juan, ni a Felipe Augusto, que pusieron cuanto impedimento pudieron para evitar la consecución del rescate. Fue la firme voluntad de su madre, Leonor, que aumentó impuestos y recorrió cortes y monasterios (auxiliada por su nuera Berenguela), lo que finalmente permitió conseguir el dinero exigido a cambio de la libertad de Ricardo. 

Una vez en Inglaterra, en 1194, debió enfrentarse a la usurpación de su hermano Juan, que habiendo intentado hacerle pasar por muerto ante el pueblo, había conspirado contra él desde su partida a la Cruzada, y se había autoproclamado rey de Inglaterra. A instancias de Leonor, Ricardo  perdonó a su hermano. Estos episodios están narrados muy amenamente en la novela de Walter Scott, "Ivanhoe".

Recuperado el trono, Ricardo fue coronado de nuevo. Pero volvió a abandonar Inglaterra dirigiéndose a sus dominios en Normandía, donde permanecería sus últimos años haciendo frente a vasallos insurrectos. Y fue sitiando el castillo de Châlus, del rebelde Vizconde de Limoges, donde encontró la muerte, por las complicaciones derivadas de una herida en el hombro que le produjo un ballestazo. Corría el año de 1199.

Fue enterrado en la Abadía de Fontevrault, donde hacía años que le esperaba su padre, Enrique II; y donde más tarde reposaría también Leonor. Sin embargo (dicen las crónicas) su corazón fue conservado en la catedral de Ruán, en Normandía.

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Escena juglaresca (modificada). De las "Cantigas 
de Santa María".

- Breve nota sobre Ricardo y los trovadores -
A principios del siglo XII, los antiguos "cantares de gesta" dejaron paso a una literatura más amable y refinada, menos guerrera y más lírica, una poesía que, dejando aparte batallas y asedios, cargaba las tintas en los sentimientos, en lo personal y también en lo amoroso. Una corriente que, partiendo de la Francia provenzal, alcanzó la mayoría de las cortes cultas europeas, si bien con diferencias subnacionales y temporales, en las que no vamos a entrar. Fue la época dorada de trovadores y juglares (2). Este tipo de poesía decaería a finales del siglo XIII.

(2) Aunque a primera vista, "trovador" y "juglar" puedan parecer sinónimos, en realidad las diferencias son claras: los trovadores componían (letra y música), mientras los juglares, simplemente interpretaban las piezas de los anteriores, viajando de pueblo en pueblo, por ferias y tabernas, y también a veces, de corte en corte. Otra cuestión diferencial fue el nicho social que ocuparon: generalmente, los trovadores fueron nobles o grandes señores (entre ellos hubo cinco reyes), o caso de no ser nobles, se trataba de individuos con una formación cultural amplia, acogidos en alguna corte señorial. Por el contrario, los juglares, procedían del pueblo llano y su educación se limitaba a saber cantar y tañer algún instrumento con los que acompañaban sus interpretaciones. Y aún hubo otro tipo de juglar más "villanesco" (como bien indica nuestro Alfonso X el Sabio, también trovador), que se dedicaba a las acrobacias y juegos de manos; algo muy alejado del "amor cortés" que cultivaban los auténticos trovadores.

Ya dijimos antes que el considerado "primer trovador", Guillermo IX de Aquitania, había sido abuelo de Leonor; en consecuencia, era bisabuelo de Ricardo; esta herencia ya le dotaba de ciertas cualidades para la composición. Más tarde, en Poitiers, trabaría conocimiento con trovadores acogidos en la corte de su madre. Muchos de sus amigos fueron también trovadores, como el semi-legendario Blondel, al que la leyenda sitúa recorriendo castillos austriacos durante el cautiverio de Ricardo, intentando averiguar en cuál de ellos estaba prisionero el rey. Y fue un trovador, Bertrand de Born (vizconde de Hautefort), quien acuñaría en un poema dedicado a Ricardo, su célebre sobrenombre: "Corazón de León".  

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Las figuras son de:
 Fireforge Miniatures
(35 mm;  plástico)

Sería interesante que algún fabricante de miniaturas, comercializase la figura
de Leonor de Aquitania a caballo, según aparece en la ilustración
precedente. Y si es en plomo, mejor... Esperemos.  ;)

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