Desde hace algo más de cuarenta años, vengo traspasando a figuras de plomo las influencias que libros, películas, ilustraciones e incluso "comics", han ido dejando en mí.

Las figuras que pinto, son en su mayor parte "miniaturas militares", ya que ha sido la Historia, especialmente la Antigua y Medieval, mi mayor fuente de "inspiración". Las escalas más frecuentes que utilizo, son las de 15, 25 y 28 mm. Son las mismas que utilizan los "wargamers", con los que coincido en la necesidad de representar grandes unidades en un mínimo espacio.

Los textos con que acompaño las miniaturas, en ningún caso pretenden ser exhaustivos, ni estudios sobre el período de que se trate. Sólo trato de comentar sucintamente, el ambiente (histórico o imaginario) en que se movieron las figuras representadas.

Animado por amigos y familiares, y especialmente por mi amiga Kirei (artífice además, del soporte técnico que podéis ver), me decido a mostrar públicamente parte de mi colección. Continuaré añadiendo entradas periódicamente.

Llevado de mi impenitente cinefilia, me permito en algún caso, recomendar títulos que pueden ampliar datos a los posibles interesados en los temas tratados.

Espero que os gusten "mis" figuras. Si se os ocurre hacer algún comentario, sugerencia o rectificación, no dudéis en contactarme.

Viriato y la resistencia hispana a Roma


En 218 aC llegaban a España los hermanos Cneo y Publio Cornelio Escipión (tío y padre respectivamente del que sería celebérrimo Escipión el Africano). Venían enviados por el Senado Romano con la misión de oponerse a los cartagineses que a la sazón dominaban el sureste de la península, y expulsarlos del territorio. Eran los comienzos de la Segunda Guerra Púnica, conflicto al que he dedicado anteriormente varias entradas (la más amplia, ésta).


Tras dramáticas fluctuaciones en la suerte de la guerra, debidas sobre todo al genio del magnífico Aníbal, que puso a Roma al borde del colapso, por fin, el año 202 aC en las llanuras de Zama, en el norte de África, Publio Cornelio Escipión "el Africano" (que de aquél evento tomó este epíteto), vencía a Aníbal, que se retiraba a Asia Menor, y al año siguiente, Cartago se rendía oficialmente y entregaba a Roma sus posesiones en Hispania y sus islas del Mediterráneo.


Es en ese momento cuando Roma, decide asentar su dominación en España, especialmente atraída por la riqueza minera de su tierra, y comienza la colonización sistemática. En 197 aC la península es dividida en Hispania Citerior y Ulterior, y entre 181 y 179 se desarrolla la Primera Guerra Celtibérica, Al final de este conflicto, el cónsul Tiberio Sempronio Graco, tras haber hecho retroceder a los celtíberos, firma un tratado con ellos y la región queda temporalmente en paz. Dos décadas después, los abusos fiscales y de otro tipo por parte de los pretores romanos, han puesto los cimientos para una rebelión. Poco antes de estallar la rebelión, el estado político de España sería algo muy similar al que vemos aquí abajo:


Y si Roma pretendía conquistar la totalidad de Hispania, le quedaba pendiente sin duda, la parte más difícil del trabajo; porque las tribus del Norte y del Oeste, eran mucho más "duras" y belicosas que las de las zonas mediterráneas, permeabilizadas por las culturas fenicia y griega desde mucho antes de la llegada de los romanos. Ahora, éstos tendrían que enfrentarse a Carpetanos, Vettones, Vacceos, Lusitanos, Turdetanos... El empeño en dominar a estas tribus llevaría a Roma a tres conflictos que se solaparon en el tiempo: la Guerra Lusitana (155-139 aC), la Segunda Guerra Celtibérica (154-133 aC), y la Guerra Numantina (143-133). 


Para hablar de la Guerra Lusitana, hay que hablar necesariamente de Viriato, que aunque no participó en la contienda desde el principio, sí obtuvo las mayores victorias frente a Roma. Hablemos de Viriato. No hay consenso en cuanto a la fecha y al lugar de su nacimiento. Se supone algún momento entre 200 y 180 aC y algún lugar de la antigua Lusitania, sin que se pueda asegurar que fuera en la parte española o portuguesa. 


Al principio de la Guerra Lusitana, en 155 aC, las acciones fueron dirigidas por los líderes Púnico y Césaro, que consiguieron derrotar a varias legiones. En 154 esta guerra se solapa con el inicio de la Segunda Guerra Celtibérica, cuando la ciudad de Segeda, en Aragón, se rebela y los romanos la atacan. En 153, los celtíberos derrotan a los romanos en el Jalón.  Luego, en 151, llega a Lusitania el cónsul Servio Sulpicio Galba, que tras ser derrotado y perder dos legiones, convoca a los lusitanos a una reunión con el señuelo de un reparto de tierras. Los lusitanos fueron persuadidos para abandonar sus armas antes de acudir a la reunión. Luego, una vez todos juntos, Galba ordenó a sus legiones la matanza general de los allí reunidos. Según algunos autores murieron 9000 lusitanos y otros tantos fueron vendidos como esclavos, consiguiendo escapar apenas un millar de ellos.


Uno de los supervivientes a la matanza fue Viriato, que en 147 aC era elegido como líder de los lusitanos. Reorganiza la resistencia y en la Serranía de Ronda, habiendo sido cercado por el pretor Cayo Vetilio, consigue romper las líneas romanas y escapar hacia Tríbola, donde atrae a las legiones a una emboscada y las extermina.


Entre 146 y 145 Viriato entra en territorio de los carpetanos y  derrota a varios generales romanos con sus tácticas de guerrilla. Roma envía un ejército consular mucho más poderoso que los que hasta entonces tenía en la península, lo manda el cónsul Fabio Máximo Emiliano, que derrota a Viriato y le hace retirarse a Lusitania.


En 143 los celtíberos de Numancia se rebelan contra Roma. Estalla la guerra Numantina. Este hecho fuerza a Roma a enviar al grueso de sus ejércitos a aquella zona y esto permite a Viriato tomar la ofensiva de nuevo. Derrota a Quincio, pretor de la Citerior y se interna en la Bética, antes de verse obligado a replegarse a Lusitania.


En 141, en Lusitania vence al cónsul Serviliano (batalla de Erisana) con el que firma un tratado de paz, y Viriato recibe el título de "amigo de los romanos". Pero poco después, Roma rompe el pacto y envía un nuevo ejército al mando del cónsul Cepión. Pese a todo, Viriato resiste, haciendo mucho daño a las legiones con sus sorpresivas razzias. En 139 Cepión, consigue sobornar a varios lugartenientes de Viriato que le asesinan mientras duerme. Sus nombres: Audax, Ditalcón y Minuros. El asesinato de Viriato supone el fin de la resistencia de los lusitanos. La lucha continúa entre los celtíberos. 


En 137 aC el cónsul Cayo Hostilio Mancino firma un tratado de paz con Numancia, pero el Senado no lo reconoce. Y en 134 llega a Numancia Escipión Emiliano, el mismo Escipión que había destruido hasta los cimientos la propia Cartago en 146. Escipión Emiliano reorganiza las relajadas legiones, impone una férrea disciplina y en 133, diez años después del inicio del sitio, consigue la destrucción de Numancia. Este hecho, que pone fin a la Guerra Numantina,  significa también el final de la Segunda Guerra Celtibérica y el fin de la resistencia hispánica en la Meseta Central. 


Pero quedaban aún numerosas tribus en el norte y en el extremo Este de Hispania que no admitían la autoridad romana y que no serían sometidas hasta un siglo después. Roma no terminaría la conquista de la península hasta la campaña de 29-19 aC contra astures y cántabros, dirigida por el propio Octavio Augusto, ya finiquitada la República Romana y comenzados los tiempos Imperiales. Por eso se ha dicho de España que fue (refiriéndose al ámbito del Mediterráneo) "La primera provincia invadida y la última conquistada".

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Las figuras, de Warlord Games. Serie "Hail Cesar"
28mm, metal.

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